Aunque sin partidos que los respalden, ya hay candidatos que se promueven como presidenciables. Andan en busca de alguna organización política inscrita en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) que se ofrezca como “vientre de alquiler”. Esto sucede cuando el Congreso todavía no aprueba la propuesta de adelanto de elecciones.
Hernando de Soto visita los canales de televisión ofreciendo solucionar la actual crisis política y social. Ha dicho que ya está en conversaciones con varios partidos para lograr una alianza. Avanza País, partido que lo postuló a la presidencia en el 2021, ya no lo quiere.
Carlos Anderson, parlamentario no agrupado, también quiere postular al más alto cargo del país y para ello busca alianzas con partidos. Su colega Roberto Chiabra, que llegó al Congreso con Alianza para el Progreso, ahora recolecta firmas para inscribir un partido propio. Lo mismo hacen, cada uno por su lado, Guido Bellido y Guillermo Bermejo, que vienen de Perú Libre.
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Desde los partidos inscritos en el JNE, ya se promueven las candidaturas de la magistrada Marianella Ledesma y de la congresista Flor Pablo por el Partido Morado. En Acción Popular, el excongresista Yonhy Lescano quiere repetir el plato, pero otras figuras también quieren candidatear por el controvertido partido de la lampa.
Queda pues por separar la paja del grano. Hay nombres valiosos, pero la mayoría son una sarta de aventureros.
Después de la experiencia de Pedro Castillo, muchos piensan que en el Perú “cualquiera” puede llegar a la presidencia de la República. Cuentan con su propia audacia, mucha demagogia y con los azares de la coyuntura política. En buena hora, dicen estos irresponsables, Fujimori acabó con el sistema de partidos. “Hay nombres valiosos, pero la mayoría son una sarta de aventureros”.