El descubrimiento de la variante ómicron del SARS-CoV-2 en Sudáfrica ha echado por la borda las esperanzas de repunte económico y de retorno a un escenario parecido al de la prepandemia. A nivel global los casos de infectados con ómicron se han cuadriplicado en la última semana. Muchos países han cancelado las festividades navideñas, limitado las reuniones, instaurado toques de queda, reducido aforos, suspendido clases y, algunos como Holanda, han vuelto al confinamiento total. Israel proyecta una cuarta dosis de refuerzo y la universidad de Oxford y la farmacéutica AztraZeneca, así como otros laboratorios, intentan adaptar sus vacunas a la nueva variante.
Los científicos han señalado que ómicron logra esquivar los muros de contención que erigieron todas las vacunas frente a las primeras variantes. Aunque no está certificado por la OMS, consideran que solo las terceras dosis de Pfizer y Moderna dan cierta protección.
Esta aciaga realidad la previó el secretario general de la Organización Mundial de la Salud en octubre del 2020 cuando respaldó la propuesta conjunta que presentaron los gobiernos de India y Sudáfrica en el Consejo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual de la Organización Mundial de Comercio (OMC), donde plantearon la liberación de las patentes de las vacunas para que fueran fabricadas masivamente en países con capacidad de producirlas (además de India y Sudáfrica, Brasil, Argentina, México, Cuba, Singapur, Corea del Sur, entre otros) hasta que la totalidad de la población mundial estuviera completamente vacunada. El argumento central era frenar la circulación del virus para evitar su mutación y, con ello, el riesgo de que las vacunas que entonces estaban aún en fase experimental pudieran no ser efectivas frente a las nuevas variantes.
PUEDES VER: De paseo por la región
Pero en aquel momento los países desarrollados sede de los laboratorios, y también varios países en desarrollo bien comportados con el poder, se opusieron. La voracidad de las ganancias y los lobbies de la industria farmacéutica con los gobiernos mostraron las garras de su poder. Los esfuerzos por encontrar una solución han continuado, pero el último comunicado del 16 de diciembre indica desacuerdos.
En octubre, antes de la aparición de ómicron, el FMI había anunciado el debilitamiento de la economía mundial al revisar a la baja las tasas de crecimiento de EEUU, China, Japón y Alemania para este año. Advirtió, entonces, que la rápida propagación de la variante delta, la amenaza de otras nuevas y la desigualdad mundial en la vacunación habían aumentado la incertidumbre sobre la rapidez para superar la pandemia. Y la economía.
El mundo enfrenta crecientes niveles de inflación. En EEUU, la acumulada hasta noviembre alcanzó el 6,8%, la más alta en los últimos cuarenta años. El exsecretario del Tesoro Larry Summers considera que la inflación se ha afianzado en su país, lo que reduce la probabilidad de que la Reserva Federal pueda controlar los precios sin provocar una recesión durante los próximos dos años. La Reserva Federal ha anunciado que incrementará las tasas de interés tres veces durante el próximo año.
PUEDES VER: El errado enfoque sobre la migración
Asimismo, en 2020 se produjo a nivel mundial el mayor aumento de la deuda desde la Segunda Guerra Mundial, en particular en las economías desarrolladas donde la deuda pública subió de alrededor de 70% del PIB, en 2007, a 124% del PIB. Este incremento se explica por las bajísimas tasas de interés que impusieron los bancos centrales para dar programas de apoyo, preservar los empleos y evitar oleadas de quiebras.
Para frenar los desequilibrios fiscales y contener la inflación, hoy los bancos centrales incrementan las tasas de interés, lo que a su vez aumenta los costos financieros y le cortan las alas a la actividad productiva en un escenario de tormenta de contagios por la nueva variante. Para evitar una debacle económica y de salud es imprescindible liberar las patentes de las vacunas en el marco de la OMC y hacer obligatoria su aplicación.
Mannheim (Germany), 21/12/2021.- An information sign to wear a protective face mask in front of a COVID-19 test center in the City Center in Mannheim, Germany, 21 December 2021. On 21 December, the German government will decide about new measures to curb the spread of the Omicron Covid-19 variant. (Alemania) EFE/EPA/RONALD WITTEK