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Opinión

Mentiras tendenciosas

“Lo que nuestra fuente propone es lo siguiente: en vez de darles rating, audiencia, clicks, hacerlos tendencia, etcétera, citándolos y mostrándolos para desmentirlos, se requiere decir la verdad alto y claro”.

larepublica.pe
“Lo que nuestra fuente propone es lo siguiente: en vez de darles rating, audiencia, clicks, hacerlos tendencia, etcétera, citándolos y mostrándolos para desmentirlos, se requiere decir la verdad alto y claro”.

A veces Twitter te sorprende con material interesante y relevante. A lo largo de esta campaña me he preguntado –lo hice en mi nota del lunes pasado en este diario– cómo combatir las mentiras que están proliferando en esta campaña electoral. La última –gravísima– fue propalada en el canal cuyo nombre, como el de Voldemort, no debe ser pronunciado. Más adelante veremos por qué. El material mencionado al inicio del párrafo procede de una cuenta a nombre de @fakediegoe. Su hilo demuestra, de manera convincente, que es imprescindible no caer en la trampa de repetir las mentiras, con la finalidad de rebatirlas.

Su punto es que quienes mienten sobre la eficacia de la vacuna Sinopharm, por ejemplo, lo hacen a sabiendas. Lo único que se proponen es obtener audiencia. Es, literalmente, una mentira tendenciosa (buscan ser tendencia). Si mucha gente seria y bien informada los desmiente con datos y análisis, no importa: ya lograron su cometido de hacer que su nombre –sea el de un candidato o un periodista inescrupuloso– sea repetido en redes y medios. Pero entonces, ¿se les ignora, dejando que angustien a la gente y desestabilicen al Ejecutivo con el fin de poner a sus enemigos de la democracia en el Gobierno?

El dilema es mayor. El que calla otorga. Pero el que los cita y coloca en fotos o gráficos, les hace publicidad a lo Goebbels. Esas fotos y gráficos, explica @fakediegoe, suelen ser mucho más llamativas que largas explicaciones de refutación que pocas personas leen y, además, ni siquiera les hacía falta pues ya sabían que todo era falso o distorsionado.

Lacan solía decir que la clave del enigma estaba en el corazón del callejón sin salida (aparente). Lo que nuestra fuente propone es lo siguiente: en vez de darles rating, audiencia, clicks, hacerlos tendencia, etcétera, citándolos y mostrándolos para desmentirlos, se requiere decir la verdad alto y claro. Por ejemplo: El proceso de vacunación continúa. La vacuna de Sinopharm ha obtenido 79% de eficacia en las fases I y II. Pronto se publicarán los resultados de la fase III.

También, por supuesto, le toca al Gobierno decir con fuerza que quienes causen zozobra y saboteen el proceso con mentiras, deberán afrontar las consecuencias de sus actos desestabilizadores y antidemocráticos. Sin citarlos, pero sin permitir que sigan actuando impunemente. La libertad de expresión es indispensable; por eso debe ser resguardada de quienes la ultrajan.