Alianza planetaria. Presidente Vladimir Putin llegó a Pekín y afianzó la cooperación estratégica. Ambos gigantes están unidos en la agenda a Siria e Irán., Christopher Bodeen. AP/ Los presidentes de Rusia y China se reunieron el martes para intensificar una relación que contrarreste la influencia de Estados Unidos y siga protegiendo a Siria de medidas internacionales para frenar su represión a un levantamiento. El presidente ruso Vladimir Putin llegó a la capital china en su primera visita a este país desde que volvió a ocupar la presidencia. Posteriormente mantuvo conversaciones con el presidente chino Hu Jintao que, según se anticipa, versarán sobre la situación en Irán, el comercio bilateral y la cooperación energética, y más adelante durante la semana participarán en una cumbre regional. Rusia y China han resistido reiteradamente los llamamientos de la comunidad internacional para enfrentar al régimen sirio a fin de que ponga fin a la violencia, aduciendo que no respaldarán medidas equivalentes a una intervención extranjera. Rusia es viejo aliado del régimen del presidente Bashar Assad, mientras China se opone a sentar precedentes que pudieran ser aplicados en un futuro a sus convulsionadas regiones de Tíbet y Xinjiang. China y Rusia vetaron dos resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que plantearon la amenaza de sanciones contra Siria y han descartado toda acción militar para proteger a los civiles en Siria tal como se hizo en Libia. Los dos países votaron el viernes contra una resolución que condenaba la matanza el mes pasado de más de un centenar de civiles en Houla y demandaba una investigación independiente. Estados Unidos ha presionado a Rusia para que acate las iniciativas internacionales de una transición política en Siria. Por su parte Putin ha procurado usar los florecientes vínculos con China como contrapeso al predominio mundial de Estados Unidos, y ambos países han hallado una causa común para rechazar los llamamientos occidentales a políticas más abiertas y respeto a las libertades civiles. El vocero de la cancillería, Liu Weimin, dijo el martes a la prensa que China y Rusia "se oponen a la intervención externa en la situación siria y se oponen al cambio de régimen mediante la fuerza". Reacción siria Mientras tanto, la cancillería siria anunció el martes que expulsó a diplomáticos occidentales. El vocero del ministerio Jihad Makdessi dijo que en la lista de los diplomáticos expulsados figuran los de Estados Unidos, Gran Bretaña, Turquía, Francia y otros. Algunos han abandonado ya el país debido a la violencia del levantamiento popular. La semana pasada, las naciones occidentales expulsaron a los diplomáticos sirios en una maniobra coordinada contra el régimen del presidente Bashar Assad por la matanza de más de 100 personas en un fin de semana en varias aldeas sirias. Ahmadineyad en la China El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, viajó ayer a China, uno de los grandes aliados que aún le quedan a Irán, para consolidar las relaciones económicas que se mantienen en un buen nivel pese a la presión internacional y la reciente decisión de Teherán de rechazar un millonario proyecto chino. La visita incluye, además, un encuentro en Pekín con su colega ruso Vladimir Putin. Varias potencias internacionales, con Estados Unidos a la cabeza, acusan a Irán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de naturaleza clandestina y ambiciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de armamento atómico, alegación que Irán rechaza de plano. Claves Irán, segundo país del mundo en reservas probadas de petróleo y gas, es el tercer mayor suministrador de crudo a China, estado al que vende un 12% de sus necesidades petroleras. Junto a Ahmadineyad, llegaron a Pekín los ministros iraníes de Exteriores, Ali Akbar Salehí;; Petróleo, Rostam Qasemi; Comercio, Mehdi Gazanfari; y Economía, Seyed Shamsedin Hoseini; además del gobernador del Banco Central Iraní.