La migración es uno de los temas clave en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, con propuestas que incluyen la securitización en la frontera, las deportaciones masivas y reformas en el sistema de visas y ciudadanía. Este enfoque responde a la creciente influencia del voto latino, que se perfila como un factor decisivo en los resultados electorales. Donald Trump y Kamala Harris han planteado políticas migratorias específicas para atraer a este segmento, lo que refleja la importancia de los inmigrantes en el futuro político y social de Estados Unidos.
Valentina Cappelletti, profesora de Ciencias Sociales de la PUCP y experta en temas migratorios, profundiza en las posturas de ambos candidatos, comparando los enfoques de ambos candidatos, cuyas políticas migratorias reflejan diferencias en retórica y objetivos. Además, aborda temas sensibles como las deportaciones masivas, la ciudadanía por derecho de nacimiento y la expansión del muro fronterizo, que podrían cambiar el panorama social y económico de Estados Unidos para millones de familias migrantes.
Vamos a abordar estos temas que han propuesto Kamala y Trump, tratando de dimensionarlos. El voto latino es un tema crucial, pero las propuestas de ambos candidatos no son transparentes, en la manera de como se aplicarían en el plano empírico, a qué grupo están dirigidos o qué instrumento específico adoptarían, como el camino a la ciudadanía.
Si hablamos de las características del votante latino, este tiene una diversidad de nacionalidades y trayectorias migratorias. Los mexicanos provenientes de Jalisco y Michoacán suelen venir de regiones rurales y tener un trasfondo católico, lo que puede influir en una tendencia conservadora.
Otro aspecto relevante es el tiempo que llevan en Estados Unidos. Los migrantes históricos a veces se vuelven xenófobos con los nuevos migrantes. Por ejemplo, entre mexicanos y centroamericanos. Los centroamericanos son una migración relativamente reciente, que los viejos migrantes consideran que aceptan salarios más bajos y, les estén robando trabajo.
Trump se está refiriendo a deportaciones dentro del país, como las que realizó Obama, quien es el presidente con más deportaciones en la historia de EE. UU., ejecutadas principalmente a través de redadas. Este es el modelo al que se refiere Trump. En este caso, debemos considerar toda la infraestructura logística que se requeriría para llevarlas a cabo. Implica que estas personas tendrían que permanecer en centros de detención mientras se completan los vuelos para su deportación. Además, ciertas nacionalidades, como Nicaragua, Cuba y Venezuela, no aceptan vuelos de deportados de Estados Unidos.
Harris, por su parte, también aboga por la securitización fronteriza y por realizar deportaciones, aunque se enfoca más en deportaciones en el momento del cruce en la frontera con México.
En Estados Unidos existen familias con estatus migratorio mixto y esto representaría un costo social importante. El hecho de que llevaría este programa de deportación masiva a muchas separaciones familiares, ya que muchas de las familias tienen miembros con estatus migratorio mixto. Es decir, el padre puede ser que sea indocumentado y la hija ciudadana. Entonces, ahí deportarían al papá y la hija quedaría en Estados Unidos. Entonces, esos son los costos sociales, los impactos sociales más importantes para mí. Aparte el tema de cómo reinsertar esta población en su lugar de origen.
Esta es una propuesta un tanto ambigua, ya que existen visas que permiten residir temporalmente para trabajar en sectores agrícolas y no agrícola. No queda claro si se propone incrementar el número de visas otorgadas anualmente. Si se requiere, podrían aumentarse, pero esta propuesta parecería revivir programas de trabajo temporal de décadas pasadas.
Esta propuesta no es nueva. Trump ha hablado de este tema desde 2018. Aquí el Congreso tendría un rol fundamental y se abriría un debate constitucional muy extenso, por lo cual no sería, en mi opinión, una propuesta viable en el corto plazo.
El muro fue una de las principales promesas no mantenidas de en el mandato anterior y su 'caballo de batalla'. Cuando la primera gran caravana de inmigrantes centroamericanos llegó a Tijuana, se reforzó la barda, utilizando fondos asignados por la administración Obama.
Desde mi experiencia viviendo en esta zona fronteriza, en Tijuana ya existen dos muros. La gente intenta cruzar en áreas donde la infraestructura es deficiente, deteriorada o por puntos de pasos controlado por el crimen organizado. Además, en la zona desértica con Arizona, donde hay más muertes, esto demuestra que el muro no impide el cruce, sino que hace lo más precario y riesgoso, poniendo en riesgo la vida de las personas.
La “vía hacia la ciudadanía” es una frase muy persuasiva. Creo que cuando Harris se refiere a esto, está hablando de ofrecer un camino hacia la ciudadanía para los ‘dreamers’. Estos son jóvenes que llegaron con sus padres de pequeños al país y que han crecido en Estados Unidos desde cuando tenían un año, dos o hasta menos. Se han educado en las escuelas de este país, pero no son ciudadanos y no tienen una residencia permanente. Asimismo, enfrentan dificultades para obtener este tipo de residencia.
No existen diferencias abismales, pero sí una distinción importante en la retórica. Trump es abiertamente ‘anti-inmigrante’, mientras que Harris se enfoca en el ‘camino hacia la ciudadanía’. Ambos buscan securitización de la frontera, hablan de deportaciones y también de la criminalización del migrante, porque asocian a los migrantes, especialmente a los indocumentados, al tráfico de drogas y de personas.
Un tema relevante es el asilo, ya que ambos candidatos quieren endurecer las políticas de acceso. No se escucha para nada la palabra ‘amnistía’, en los dos bandos. Trump quiere quitar el Parole Humanitario que da acceso a una residencia legal y trabajo por dos años, pero después de este periodo no sabes lo que va a pasar, si tendrá residencia permanente, temporal o si será deportada.
Este instrumento se ha asignado a personas que no podían entrar por asilo, personas vulnerables desde un punto de vista humanitario. Por ejemplo, los provenientes de Cuba, Venezuela, Haití y Nicaragua, que son nacionalidades procedentes de países que no aceptan los vuelos de deportación desde Estados Unidos. También ha sido aplicado a los ucranianos, que debido a la guerra han entrado a Estados Unidos y se les dio acceso rápido a través de este programa.