"Si queremos, podemos volver a instalarnos en Gaza" dice bajo los aplausos el ministro de Seguridad Nacional israelí, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, en una concentración cerca de la frontera con el enclave palestino.
Es uno de los oradores de una reunión para "prepararse para el regreso" a la Franja de Gaza, convocada por miembros del Likud, el partido del Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, así como de partidos y organizaciones que apoyan la colonización.
A lo lejos, el sonido de explosiones y disparos recuerdan que la guerra entre el ejército israelí y el movimiento islamista Hamás sigue en Gaza desde hace un año.
Ben Gvir recibe los aplausos de centenares de activistas reunidos, en su mayoría judíos religiosos.
"La Tierra de Israel es nuestra", proclama. Muchos participantes llevan adhesivos con el lema "Gaza es nuestra por la eternidad".
En 2005, Israel se retiró de la Franja de Gaza, destruyó las colonias y desalojó a los 8.000 israelíes que vivían allí.
El encuentro en un terreno baldío a unos cientos de metros de la frontera con Gaza coincide con la celebración de la festividad de Sucot.
La reunión atrajo a figuras conocidas de la franja más radical israelí, pero también a muchas familias que vinieron con sus hijos a disfrutar de un día soleado, comer palomitas de maíz o asistir a charlas sobre el futuro de la colonización judía en el pequeño territorio palestino.
Netanyahu rechaza el regreso de civiles judíos a este territorio donde viven 2,4 millones de palestinos pero algunos ministros radicales de su gobierno no lo descartan.
"Necesitamos estar en la Franja de Gaza para proteger a Israel", dice al micrófono Inbal Fitoussi, que vivió en una colonia de Gaza y cuyo hijo, Ishay, murió en combate en el territorio palestino.
Según el diputado del partido Sionismo Religioso, Tzvi Sucot, "regresar" a Gaza significa "hacer que Hamás pague un fuerte precio ideológico por la guerra que han desatado contra nosotros".
"Deben entender que en esta guerra también perderán la Franja de Gaza", dice a AFP.
No todo el mundo está de acuerdo. Ayala Metzger, una de las líderes de la protesta contra el gobierno y cuyos suegros son rehenes en Gaza, creen que los discursos a favor de la colonización del territorio "reducen las posibilidades de liberar" a los 97 rehenes que siguen allí.
Otros, como Rohi Baruch, que aún no ha recuperado el cuerpo de su hermano Uriel, asegura que "debemos recuperar la Franja de Gaza y preparar la instalación de civiles" para traer de vuelta a los rehenes.
La guerra en Gaza fue provocada por el ataque sin precedentes de Hamas en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, que resultó en la muerte de 1.206 personas, en su mayoría civiles, según un recuento basado en cifras oficiales israelíes y que incluye los rehenes que murieron en cautiverio en Gaza.
De las 251 personas secuestradas durante el ataque, 97 permanecen cautivas en Gaza, de las que 34 fueron declaradas muertas por el ejército.
El ataque desencadenó la guerra en Gaza que ha matado a 42.603 personas, en su mayoría civiles, según datos del Ministerio de Salud en el territorio dirigido por Hamás, unas cifras que la ONU considera confiables.
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