El sábado, 21 de septiembre, falleció Mario Gómez Heredia, conocido por ser uno de los 33 mineros que quedaron atrapados en la mina San José, Chile, en 2010. Tenía 74 años al momento de su muerte. Gómez fue uno de los protagonistas del rescate que mantuvo en vilo a Chile y al mundo entero durante más de dos meses. La noticia de su fallecimiento fue confirmada por la funeraria La Candelaria de Copiapó, durante la madrugada de ese día.
Mario Gómez, quien tenía 63 años cuando ocurrió el derrumbe de la mina, se convirtió en un símbolo de fortaleza y optimismo debido a su actitud esperanzadora durante los 69 días que él y sus compañeros permanecieron atrapados a más de 700 metros de profundidad. Hasta el momento, se desconoce la causa exacta de su muerte, pero su salud se había deteriorado en los últimos años debido a enfermedades pulmonares derivadas de su trabajo en la minería.
Mario Gómez, quien padecía de silicosis, murió en Copiapó, Chile, a los 74 años de edad. La silicosis es una enfermedad pulmonar crónica causada por la inhalación prolongada de polvo de sílice, algo común entre los trabajadores mineros. Según información de medios locales, Gómez era oxígeno-dependiente en los últimos años de su vida debido a la gravedad de su afección pulmonar.
La silicosis no fue el único desafío de salud que enfrentó Gómez tras el rescate. En 2018, fue hospitalizado por una combinación de silicosis y fibrosis pulmonar, lo que deterioró aún más su calidad de vida. Las largas jornadas de trabajo en las minas, durante más de 14 años, le pasaron factura. A pesar de estos problemas de salud, siempre se le conoció por su resistencia y optimismo, características que le ganaron el cariño y la admiración de sus compañeros y de quienes siguieron de cerca su historia.
Anuncio del fallecimiento de Mario Gómez. Foto: Facebook
El derrumbe en la mina San José ocurrió el 5 de agosto de 2010, atrapando a 33 mineros a más de 700 metros de profundidad. Durante 17 días, no hubo señales de vida de los mineros, lo que generó una desesperación colectiva en Chile y el mundo. Finalmente, el 22 de agosto de 2010, una nota pegada en una sonda de perforación trajo la tan esperada noticia: "Estamos bien en el refugio, los 33".
Mario Gómez fue uno de los mineros más experimentados del grupo, con décadas de experiencia en la minería chilena. Su optimismo jugó un papel crucial en mantener la moral alta entre los mineros atrapados, quienes soportaron condiciones extremas de oscuridad, calor y escasez de alimentos. Su capacidad para mantener la calma y transmitir esperanza fue fundamental durante los 69 días que duró el operativo de rescate.
Después del histórico rescate, la vida de Mario Gómez cambió drásticamente. Aunque recibió un reconocimiento masivo, tanto a nivel nacional como internacional, su salud no tardó en deteriorarse debido a las secuelas de haber trabajado en la minería. La exposición constante al polvo de sílice le provocó silicosis, una enfermedad común entre los trabajadores del rubro.
Gómez, al igual que otros mineros rescatados, luchó por años con los efectos emocionales y físicos derivados de la experiencia. Aunque se le recordaba por su actitud positiva y su papel como símbolo de esperanza, los años posteriores al rescate no fueron fáciles para él. En 2018, fue hospitalizado debido a la gravedad de su silicosis y la fibrosis pulmonar que se le había diagnosticado. A lo largo de estos años, tuvo que depender de oxígeno de manera constante para respirar adecuadamente.
Mario Gómez padecía silicosis, una enfermedad pulmonar crónica que desarrolló tras más de 14 años trabajando en la minería. La silicosis se produce por la inhalación prolongada de polvo de sílice, un material común en las minas, lo que causa cicatrices en los pulmones y dificulta la respiración. Gómez sufría las secuelas de esta enfermedad desde hacía varios años, lo que lo obligaba a depender de oxígeno para llevar a cabo actividades cotidianas. Esta condición es una de las más frecuentes entre los trabajadores del sector minero en Chile, dada la exposición constante al polvo de sílice.
Además de la silicosis, Mario Gómez también fue diagnosticado con fibrosis pulmonar, otra grave afección que agrava aún más los problemas respiratorios. En 2018, su estado de salud se complicó considerablemente debido a ambas enfermedades, y tuvo que ser hospitalizado. La combinación de estas dos condiciones redujo significativamente su calidad de vida en sus últimos años, limitando su capacidad para moverse y respirar sin asistencia de oxígeno. A pesar de sus padecimientos, Mario Gómez se mantuvo como un símbolo de fortaleza, recordado por su optimismo y resiliencia tras el rescate de la mina San José.