Mónaco, el segundo país más pequeño del mundo, enfrenta una creciente demanda de espacio debido a su alta densidad poblacional y al flujo constante de residentes millonarios. Este principado ha decidido resolver esta problemática mediante un ambicioso proyecto de expansión territorial. Se trata de Portier Cove, una iniciativa valorada en 2,300 millones de dólares, que busca ganar espacio al Mediterráneo.
En Europa, desde que en el siglo XIX Mónaco abolió el impuesto sobre la renta, el país ha experimentado un continuo incremento en su población millonaria, lo cual ha resultado en que casi un tercio de sus habitantes sean extranjeros adinerados. Actualmente, en sus escasos 2.02 kilómetros cuadrados de extensión, viven alrededor de 38,000 personas, lo que ha generado una densidad insostenible. A través del proyecto Portier Cove, las autoridades locales buscan aliviar esta presión, al mismo tiempo que generan nuevas oportunidades económicas.
A lo largo de las últimas décadas, Mónaco ha ido ganando terreno al mar para contrarrestar la falta de espacio en su limitado territorio. La expansión costera se ha convertido en una solución viable, con más de 100 acres añadidos en los últimos dos siglos. Ahora, con Portier Cove, el país persiste en esta estrategia, y se espera que el proyecto esté completamente terminado para el año 2025.
Para mitigar el impacto ambiental de la construcción, se realizó la reubicación de especies protegidas y el uso de paneles solares. Foto: Pixabay
Portier Cove se sitúa cerca del famoso Casino de Monte Carlo, una ubicación privilegiada que eleva aún más el valor de las propiedades que allí se construirán. Este nuevo distrito incluirá no solo residencias lujosas, sino también espacios públicos, como parques, paseos marítimos y un puerto deportivo. Según Jean-Luc Nguyen, director del proyecto, las ventas de los bienes inmuebles generarán más de 4,100 millones de dólares para los inversionistas privados que financian la obra.
A pesar de la naturaleza artificial del proyecto, el gobierno de Mónaco ha subrayado su compromiso con la sostenibilidad ambiental. La construcción en el mar, a menudo criticada por su impacto en la vida marina, será monitoreada de cerca por un equipo de científicos independientes que evaluarán la calidad del agua y los efectos sobre los ecosistemas circundantes.
Portier Cove está diseñado para integrarse con el paisaje, presentando una estructura en terrazas que combina lujo y respeto por el entorno. Foto: Pexels
Además, se tomaron medidas preventivas antes de iniciar la construcción. Las especies protegidas que habitaban el área fueron reubicadas en reservas marinas cercanas, mientras que cortinas submarinas especiales protegen la zona de obras del impacto en la fauna marina. Portier Cove será un distrito ecológico que implementará tecnologías sostenibles, como paneles solares y bombas de agua de mar, para cubrir el 40% de las necesidades energéticas del nuevo desarrollo.
Portier Cove no solo representa una solución para la densidad poblacional de Mónaco, sino también una oportunidad para exhibir la innovación arquitectónica y el lujo. Diseñado para armonizar con el paisaje costero, los edificios seguirán una estructura en terrazas que imitará el crecimiento gradual de las edificaciones tradicionales del país. Las villas y apartamentos ofrecerán superficies que irán desde los 400 hasta los 1,000 metros cuadrados, destinados a una exclusiva clientela internacional.
La construcción sobre el mar presenta retos técnicos significativos, como el dragado del lecho marino e instalación del sistema de cajones de hormigón. Foto: Pexels
La vegetación mediterránea será protagonista en este proyecto, con pinos y plantas nativas que adornarán los jardines y áreas comunes. La intención es crear una atmósfera que haga olvidar que este distrito ha sido construido sobre el mar, dando la sensación de un entorno completamente natural. "Queremos que los edificios se integren en el paisaje y respeten el carácter histórico de Mónaco", afirma Denis Valode, del equipo de arquitectos encargado del diseño.
Construir sobre el mar no está exento de dificultades. Bouygues Travaux Publics, la empresa francesa a cargo de la obra, ha tenido que implementar técnicas avanzadas para preparar el terreno marino. Actualmente, se lleva a cabo el dragado del cieno para descubrir el fondo rocoso, donde se colocarán las piedras que soportarán una serie de cajones de hormigón de 26 metros de altura y 10,000 toneladas de peso cada uno. Estos elementos formarán un cinturón protector que contendrá la estructura, sobre la cual se añadirá arena extraída del norte de Sicilia para completar la plataforma.
A lo largo del proceso, Bouygues también instalará hábitats artificiales en los corredores ecológicos de la zona, con el objetivo de compensar la pérdida de ecosistemas naturales. Este enfoque distingue al proyecto de Portier Cove de otros similares en el mundo, ya que busca no solo preservar el entorno marino, sino también mejorarlo.