Para Axel van Trotsenburg, el director gerente senior del Banco Mundial (BM), ha llegado el momento de observar a un continente de la Tierra con una perspectiva positiva. Descubre a cuál se refiere en la siguiente nota.
Líderes han enfatizado la necesidad de encontrar formas de aprovechar mejor el potencial para lograr el bienestar de todos los ciudadanos y asegurar el desarrollo del continente.
"Personalmente —subraya—, creo que África transformará el mundo", reveló van Trotsenburg, en una entrevista con la agencia EFE.
"Tenemos que empezar a pensar de una manera completamente diferente. Hace sesenta años solía escribirse que muchos países de Asia eran una causa perdida. Todos los años se producía un ciclón que mataba a decenas de miles de personas. Los países no podían alimentarse por sí mismos. La gente pasaba hambre. En China, el 80% de la población era extremadamente pobre...", afirma.
En 2075, un tercio de la población mundial pertenecerá a un solo continente. Y "este dividendo demográfico, si se maneja adecuadamente, podría ofrecer oportunidades increíbles". Foto: Freepik
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Van Trotsenburg recuerda que el premio Nobel de Economía Karl Gunnar Myrdal llegó a afirmar que Asia no podría desarrollarse. Y, evidentemente, se equivocó.
"Lo que ha ocurrido en Asia demuestra que los países pueden desarrollarse en dos o tres generaciones, en contra de las opiniones de todo el mundo. Creo que esto es algo que la gente debe tener en cuenta cuando miramos a África", añadió el economista durante la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de África de la Asociación Internacional de Fomento (AIF).
Para el año 2075, un tercio de la población mundial será africana. Lejos de ser un desafío, "este dividendo demográfico, bien gestionado, podría brindar al continente oportunidades increíbles", destaca van Trotsenburg.
Para Axel van Trotsenburg, director gerente sénior del Banco Mundial (BM), ha llegado el momento de observar a África con una perspectiva optimista. Foto: Freepik
Durante muchos años, especialmente en las décadas de los 80 y 90, el Banco Mundial recomendó a los países africanos altamente endeudados recortar los servicios públicos.
En lugar de fortalecer estos servicios, las instituciones financieras internacionales sugirieron que los Estados africanos se enfocaran en atraer capital privado de otras naciones, lo cual impulsaría la inversión, generaría empleos y fortalecería sus economías.
Esto ha cambiado, al menos en parte. La demanda de mayores inversiones en sanidad y educación fue un tema destacado en una cumbre de la IDA, una entidad del Banco Mundial que, desde su creación en 1960, otorga préstamos a países empobrecidos sin intereses o a tasas bajas.
"No sé si estamos en una fase distinta", opina van Trotsenburg. "Diría simplemente que el mundo está atravesando cambios masivos de una manera continua. Esto es un desafío para el Banco Mundial, que es como una institución en continuo aprendizaje, ajustándose a las nuevas tendencias", agrega.
"Hace, por ejemplo, unos cuarenta años, no nos fijábamos tanto en el cambio climático, pero entonces veíamos claramente que existía un problema de deuda emergente. Entonces, ese era un problema prominente", sentenció.