Este viernes, el Kremlin aseguró por primera vez que Rusia está “en estado de guerra” contra Ucrania y no solo "una operación militar", como lo señalaban antes. Asimismo, acusaron a la implicación occidental en Ucrania de sus decisiones, según el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en una entrevista con el medio Argumenti i fakti. “Estamos en estado de guerra”, enfatizó.
De acuerdo a Peskov, inicialmente fue “una operación militar especial”, pero “en cuanto se reunió este grupito, cuando Occidente se inmiscuyó del lado de Ucrania, para nosotros esto se convirtió en una guerra”. “Estoy convencido de ello. Y todos deben comprenderlo”, agregó.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reiteró en que Rusia seguirá haciendo lo posible para lograr que el potencial bélico de Ucrania no sea una amenaza a sus ciudadanos y sus territorios, entre ellas, las cuatro regiones ucranianas anexadas en septiembre de 2022.
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Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin, hizo declaraciones relevantes sobre la relación entre Rusia, Occidente y Ucrania. Esto refleja la tensión y la complejidad de esta dinámica. A continuación, se resumen sus puntos principales:
Estas declaraciones de Peskov reflejan la postura oficial de Rusia sobre el conflicto ucraniano y su percepción de la implicación de Occidente. Este caso marca una narrativa que enfatiza la seguridad y los objetivos geopolíticos de Moscú, al tiempo que mantiene una distinción formal entre los términos "guerra" y "operación militar especial".
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En la madrugada del viernes, los bombardeos rusos alcanzaron una amplitud geográfica significativa en Ucrania y afectaron a nueve regiones. Estas abarcan desde Járkov y Zaporiyia, cerca de la línea de frente, hasta localidades más alejadas de los combates como Leópolis e Ivano-Frankivsk, ubicadas en el oeste del país. Los ataques destacaron por su amplio rango geográfico y por la intensidad y la variedad de los objetivos impactados.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, informó que durante esos ataques se lanzaron más de 60 drones tipo Shahed y casi 90 misiles de diversos tipos. Los blancos seleccionados incluyeron infraestructuras críticas tales como centrales eléctricas, líneas de alta tensión y una represa hidroeléctrica, además de alcanzar áreas residenciales e incluso un trolebús.
En su momento, Rusia mantuvo sus amenazas, lo cual hizo temer que Putin estuviera dispuesto a emprender acciones nucleares y desencadenar así el apocalipsis. Foto: AFP
El ministro de Energía, German Galushchenko, calificó este evento como "el mayor ataque contra la industria energética ucraniana de estos últimos tiempos". Como consecuencia directa de los bombardeos, decenas de instalaciones eléctricas resultaron dañadas y provocaron cortes de energía urgentes en siete regiones del país. El sistema eléctrico de Ucrania recibió apoyo de emergencia de tres países para hacer frente a la crisis.
La situación más crítica se reportó en las regiones de Járkov, en el este; Odesa, en el sur; Kirovograd, en el centro; y Dnipropetrovsk, en el centro-este de Ucrania. Además, destacó la gravedad y el alcance de los ataques sobre la infraestructura crítica del país. Estos ataques buscan debilitar la capacidad militar de Ucrania y afectar directamente la vida cotidiana de sus ciudadanos.