En Francia, un piloto fue hallado culpable de homicidio involuntario en contra del paracaidista Nicholas Galy, quien falleció decapitado por el ala de un avión. La tragedia ocurrió a pocos minutos de que el experimentado deportista saltara a más de 4.000 metros de altura, lo que terminó cobrando su vida.
Galy integraba un grupo de diez paracaidistas a bordo del avión y fue uno de los dos pasajeros que saltó por la zona. Sin embargo, fue el único impactado por el ala de la aeronave, lo cual le causó la muerte instantánea en 2018.
Según informó LadBible, no se había consultado sobre la trayectoria de vuelo que tomaría el avión después del salto de Galy, por lo que el piloto asumió que debía regresar al aeródromo e inició el descenso del avión.
Pese a ello, el piloto aseguró que la culpa fue del paracaidista, ya que "no siguió el rumbo esperado y nunca debería haber estado en ese rumbo. Él estaba paralelo al avión… No era mi responsabilidad, creo que mi trayectoria de vuelo tenía sentido. Esta ha sido la tragedia de mi vida, pero no tengo la culpa".
"En comparación con los paracaidistas que están en caída libre, es más complicado con los paracaidistas que van más en línea recta. No descienden mucho y pueden entrar en conflicto con el avión", se defendió el hombre que habría piloteado el avión con una licencia inválida, ya que la autoridad de aviación francesa había restringido sus privilegios de volar debido a una condición médica, según informaron los medios locales.
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Finalmente, el último 21 de noviembre, el piloto fue declarado culpable ante el tribunal penal de Montauban y se le impuso una pena suspendida de 12 meses. Además, se le prohibió volver a volar.