En Colombia, al menos 60 líderes ambientales fueron asesinados en 2022, según último conteo de Global Witness. El país sudamericano duplicó esta cifra en comparación al 2021, ya que ha enterrado a casi dos tercios de los 177 ecologistas muertos a nivel mundial. Con las cifras, la tendencia en América Latina se mantiene en aumento.
“Lo peor de esta escalofriante cifra es que sabemos que representa solo una pequeña gota en un océano de violencia. Ellos protegen el territorio de todos, pero nadie los protege a ellos”, lamentó Gabriella Bianchini, investigadora de la Global Witness.
Colombia es el país de América Latina con la tasa más alta de activistas asesinados. Foto: AFP
En Latinoamérica, 9 de cada 10 muertes son violentas; desde el año 2012, suman un total de 1.910 personas. Entre los fallecidos están parte de los protectores de las ciénagas, líderes de comunidades indígenas invadidas, cuidadores de la Amazonía, defensores de los campesinos y voceros afrodescendientes.
“Legal o ilegal. A los líderes se les estigmatiza diciéndoles que son enemigos del desarrollo económico. Pero hay que cuestionarse cuál es el desarrollo que estamos apoyando. Lo que está detrás de estos asesinatos es el interés económico”, expresó Lourdes Castro, activista de derechos humanos y coordinadora de Somos Defensores.
Se han generado diversas alertas a nivel mundial por los asesinatos a los líderes ambientalistas. Foto: Mongabay
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En esa línea, Honduras es el país con mayor tasa de homicidios a activistas per cápita. Con apenas 10 millones de habitantes, ha perdido 14 líderes el año pasado. Más de uno al mes. A pesar de que Xiomara Castro, la primera presidenta de Honduras, se comprometió a proteger a los defensores, en los cuatro primeros meses del año ya reportaron al menos ocho asesinatos.
En la región, Brasil perdió 34 líderes en 2022, aumentaron 8 en comparación al año 2021. Un incremento que los investigadores atribuyen a las políticas del entonces presidente Jair Bolsonaro, que favorecieron la explotación de la Amazonía y las invasiones ilegales en territorio indígena.
Por su parte, México, el país con el mayor número de asesinatos en 2021, registró una caída notable, ya que pasó de 54 homicidios en 2021 a 31 el año pasado, hecho que ha esperanzado al país.
Los activistas buscan ser escuchados y han realizado protestas para que se terminen los ataques en sus contra. Foto: Alamy
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La investigación concluyó que las comunidades indígenas del mundo se enfrentan a un nivel desproporcionado de agresiones con consecuencias mortales, puesto que fueron víctimas de más del 34% de los asesinatos a líderes, a pesar de que solo constituyen el 5% de la población mundial.
“Los estudios han demostrado una y otra vez que los pueblos indígenas son los mejores custodios de los bosques y, por tanto, son imprescindibles en la mitigación de la crisis climática”, dijo Laura Furones, asesora principal de la campaña de Global Witness, durante la presentación del informe.
“Sin embargo, en países como Brasil, Perú y Venezuela los están asediando, precisamente por llevar a cabo esa labor (...). Las medidas contra la creciente emergencia climática y la defensa de los derechos humanos deben ir a la par”, sentenció.
Los sectores con mayor riesgo para los defensores ambientales son la minería ilegal de oro y metales preciosos; el acaparamiento de tierras, actividades económicas ilegales de uso ilícito y el narcotráfico, y la agroindustria. Además, todos estos factores contribuyen a la deforestación y degradación ambiental y generan riesgos para los defensores ambientales, explicó la directora de Relaciones de Gobierno y Asuntos Internacionales de WWF, Ximena Barrera.
En los últimos años, las zonas con más afección hacia los defensores han coincidido con las regiones en donde existe conflicto armado, como los departamentos de Antioquía, Cauca, Nariño y Putumayo.