En Reino Unido, a una madre de tres hijos, llamada Emma Capper, le resultaba difícil girar su cabeza y presentaba inestabilidad sobre sus pies, por lo que los médicos le dijeron que se trataría de una grave ansiedad.
La fémina de 39 años de edad, que con anterioridad había vencido al cáncer de mama, expresó a la prensa local: “Tuve que girar todo mi cuerpo para girar la cabeza sin que fuera muy, muy doloroso, y se sentía tan raro”.
Es así que Capper, quien además es oficial de Policía, contó a los medios locales que trató de obtener una cita en persona con un médico; sin embargo, demoró varias semanas en lograrlo.
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Asimismo, ella dijo que los galenos le recetaron medicamentos contra los mareos a la hora de llamarlos. Pero Capper les comentó que sus síntomas comenzaron a empeorar y presentaba vómitos, por lo que ignoró lo que su especialista le dijo y recurrió, inmediatamente, a una sala de emergencias de un hospital de la localidad.
“No sé cómo me las arreglaba para ir a trabajar todos los días. Hasta que me escanearon la cabeza, no era posible saber si estaba allí o no. A menos que los médicos me hubieran derivado para un escáner, esto nunca habría terminado”, manifestó Capper.
Una vez que llegó al establecimiento de salud, invitaron a la mujer a hacerse un escáner en la cabeza, y le mencionaron que había sido diagnosticada erróneamente de ansiedad. Posterior a ello, se sintió devastada, ya que se reveló que tenía un tumor potencialmente mortal en la parte posterior de su cerebro.
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Finalmente, Capper fue trasladada de urgencia al hospital Salford Royal, donde los cirujanos extirparon con éxito el tumor ocho días después.