Joe Biden, el mandatario de Estados Unidos, tiene planeado para este viernes 8 de julio firmar una orden ejecutiva con medidas que contrarresten la sentencia del Supremo, la cual anula el derecho constitucional a interrumpir el embarazo.
Según un comunicado de la Casa Blanca, el decreto busca “salvaguardar el acceso a los servicios de salud reproductiva, incluidos el aborto y la anticoncepción y proteger la privacidad y la seguridad de las pacientes y de las clínicas”.
“No se puede permitir a un Tribunal Supremo fuera de control que restrinja las libertades”, sostuvo el mandatario durante una comparecencia en directo desde la Casa Blanca. Además, alentó a las mujeres a votar en las elecciones de medio mandato, en noviembre, para frenar la deriva conservadora. “Es la vía más rápida posible”, aseguró.
“Espero y creo firmemente que las mujeres participarán (en los comicios) en cifras récord para reivindicar los derechos que les ha arrebatado el tribunal”, puntualizó. Recordó que si los republicanos toman el control de la Cámara de Representantes, podrían aprobar una prohibición nacional del aborto.
El matrimonio homosexual, el acceso a la contracepción y otros derechos están en juego por la decisión del Supremo, recalcó.
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Esta medida de Biden llega justo dos semanas después de que, en el caso Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization, el Tribunal Supremo fallase a favor de tumbar un precedente de medio siglo establecido por otra sentencia, Roe contra Wade, que dio en 1973 rango constitucional a la protección del aborto.
El fallo devuelve a los Estados la potestad para legislar sobre la libertad de las mujeres de interrumpir el embarazo, que hasta ahora tenían garantizada federalmente. La consecuencia es que 26 de los 50 Estados tengan previsto restringir seriamente o prohibir el acceso al aborto.
Según el documento publicado a primera hora de este viernes 8 por la Casa Blanca, el presidente ha ordenado al secretario de Salud y Servicios Humanos, Xavier Becerra, que proteja el acceso a las píldoras abortivas, una vía que los grupos antiabortistas han situado como el siguiente objetivo en su guerra: pretenden perseguir su distribución.
“Los derechos fundamentales —a la privacidad, la autonomía, la libertad y la igualdad— han sido negados a millones de mujeres en todo el país”, afirmó el comunicado. “Eso tiene graves implicaciones para su salud, su vida y su bienestar. Este fallo afectará de manera desproporcionada a las mujeres de color y de bajos ingresos, y las que viven en entornos rurales”, añadió.
Asimismo, la orden que firma ahora Biden también vigila la privacidad de las pacientes, así como su acceso a información precisa y la confidencialidad de sus datos. Es así que se publicará una guía que le asegure a los médicos que, “con excepciones limitadas, no están obligados y, en muchos casos, no están autorizados a divulgar la información privada de los pacientes, incluso a las fuerzas del orden”, detalló el texto de la Casa Blanca.