Decenas de miles de personas fueron confinadas el miércoles en China, donde los negocios de una ciudad turística debieron cerrar sus puertas ante nuevos focos de contagio de COVID-19, que desataron temores de mayores restricciones.
Autoridades de salud reportaron más de 300 contagios el miércoles, con brotes en la ciudad norteña de Xi’an, hogar de los guerreros de terracota, así como en Shanghái, la ciudad más grande del país.
En Shanghái, algunos residentes reportaron el martes en redes sociales que recibieron raciones de alimentos del Gobierno, como ocurrió meses atrás con un prolongado confinamiento sanitario.
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“Déjeme contarle una historia de miedo: el distrito de Putuo está enviando vegetales de nuevo”, publicó un residente en la red WeChat.
“Estoy tan nervioso, la epidemia destruyó mi juventud. Voy a enloquecer”, escribió otro usuario de Shanghái en la red Weibo.
Las autoridades lanzaron una nueva ronda de pruebas masivas en la mitad de los distritos de Shanghái tras un repunte de casos desde el fin de semana. El miércoles, cerraron los bares de karaoke luego de detectar algunas infecciones originadas en esos sitios.
Y Xi’an, una ciudad histórica de 13 millones de habitantes, que soportó un mes de confinamiento a fines del 2021, fue puesta bajo “medidas temporales de control” tras detectar 29 contagios desde el sábado.
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Sitios públicos de entretenimiento, incluyendo los pubs, cafés de internet y bares de karaoke, cerraron a partir de la medianoche del miércoles, dijo el Gobierno local en un aviso.
Medios estatales mostraron imágenes de los pobladores de Xi’an haciendo fila para realizarse pruebas después de la medianoche del martes, mientras insistía en que la ciudad no está confinada.
Las autoridades han atribuido el brote de la ciudad a la subvariante BA.5.2 de ómicron, que es más transmisible y evade la inmunidad.
“Los casos positivos son todos de la rama BA.5.2, de la variante ómicron, y hay un trabajo de trazado epidemiológico en marcha”, dijo en conferencia de prensa Ma Chaofent, del Departamento de Salud de Xi’an.
Los nuevos casos representan un desafío para el presidente Xi Jinping, quien la semana anterior reafirmó el compromiso con la política china de ‘cero COVID’ pese al creciente costo económico.