Finlandia está dispuesta a ingresar a la OTAN. Así lo dieron a conocer el presidente Sauli Niinistö y la primera ministra, Sanna Marin, este domingo 15 de mayo, tras aprobar la solicitud de ingreso al organismo intergubernamental que deberá ser ratificada por el Parlamento del país escandinavo.
“Hoy es un día histórico, se abre una nueva era. Nace una Finlandia protegida como parte de una región nórdica estable, fuerte y consciente de sus responsabilidades”, resaltó el mandatario finlandés, en la rueda de prensa donde anunció la noticia.
Esta decisión pone fin a casi 80 años de no alineamiento militar que había caracterizado a la próspera nación como neutral ante los conflictos de sus vecinos de oriente y occidente.
Presidente y Primera Ministra de Finlandia anuncian la aprobación de la solicitud para su ingreso a la OTAN. Foto: EFE
No obstante, la invasión y posterior guerra entre Rusia y Ucrania ha puesto en alerta a las autoridades finlandesas tras las constantes amenazas de Moscú para frenar la influencia de la OTAN cerca de sus fronteras y no temer a convertir a su nación vecina en un “objetivo de ataque”.
En ese contexto, las medidas tomadas por el Gobierno del país escandinavo cobran sentido, aunque su puesta en marcha podría significar revivir viejas disputas entre ambos estados.
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Y es que Finlandia formó parte del gran imperio ruso desde 1809 hasta 1917, año en que el estallido de la Revolución rusa pudo otorgarle su tan deseada independencia a la nación escandinava y que desencadenó una era de acuerdos neutrales con Rusia y Occidente, que hoy son la base para entender las actuales tensiones con su vecino de Europa del este.
Durante casi 700 años, Finlandia estuvo bajo el Gobierno de Suecia, que, en 1323, ganó dominio sobre el territorio escandinavo frente a la República de Nóvgorod, ubicada en la parte norte de la actual Rusia.
La llegada del gran imperio ruso a principios del siglo XIX a Finlandia gestó muchos cambios que otorgaron mayor autonomía a Finlandia bajo la figura de un gran ducado en el que se fijó como capital a Helsinki y se reinstaló y reestructuró el Senado y la Asamblea Finlandesa.
Las modificaciones políticas dieron origen al Movimiento Nacionalista que generó miedo en la monarquía rusa, ya amenazada por la creciente revolución bolchevique.
La tensión entre ambas naciones desencadenó una política de rusificación, en la que el imperio impuso el ruso como tercera lengua y ordenó la disolución de un recientemente creado Ejército finlandés.
El peor miedo de Moscú terminó por gestarse en 1917, cuando la Revolución rusa liderada por Vladimir Lenin terminó derrocando al zar Nicolás II y, por ende, con el dominio sobre Finlandia.
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Años después, en 1939, Alemania nazi y la Unión Soviética firmaron el pacto de no agresión Ribbentrop-Mólotov, que ocasionó una posterior invasión de Rusia a Finlandia como una ‘medida de protección’ de la ciudad de San Petersburgo, ubicada a 32 kilómetros de la frontera con la nación escandinava.
Durante la guerra de Invierno, Finlandia perdió el 10% de sus territorios, aunque logró vencer a la URSS.
Al final de la Segunda Guerra Mundial y tras aliarse con la Alemania nazi en contra de Rusia, Finlandia declaró su neutralidad, posición que mantuvo a lo largo de la Guerra Fría en la que no se unió a la OTAN ni al Pacto de Varsovia.
La historia de tensiones entre Finlandia y Rusia podría sumar un nuevo capítulo si el país escandinavo logra su adhesión a la OTAN.
El Gobierno de Vladimir Putin está dispuesto a proteger sus fronteras de cualquier amenaza occidental y eso incluye a sus vecinos, excolonia con la que a lo largo de los años ha guardado cierta ‘cordialidad’ que podría pronto llegar a su fin.
Al ser consultada sobre el posible ingreso de Finlandia a la OTAN, la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, señaló que el proceso de adhesión de la nación escandinava y de Suecia podría darse con rapidez y que tampoco habrá una “zona gris” que afecte su seguridad durante el proceso.
“Como Gobierno federal, hemos preparado todo para proceder a una ratificación muy muy rápida”, enfatizó la funcionaria.
En tanto, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, manifestó que no ve favorable la adhesión de Finlandia ni Suecia a la OTAN y los acusó de dar refugio a militares turcos.
“No tenemos una opinión positiva. Los países escandinavos son como una casa de huéspedes para organizaciones terroristas”, remarcó este mandatario.