Por Joan Mas u Saud Abu R.
Israel atacó Gaza tras el lanzamiento ayer de cohetes hacia territorio israelí, el primer intercambio de fuego de este tipo en siete meses, lo que aumenta la volatilidad tras semanas de tensión en la región, aunque no se espera una dura escalada bélica con la franja como la de 2021.
Las sirenas sonaron de nuevo en comunidades israelíes cercanas al enclave por el disparo de proyectiles. Uno cayó dentro de Gaza y otro fue interceptado por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro. En represalia, Israel atacó puestos militares del grupo islamista Hamás en Gaza, que controla el territorio desde 2007, año de inicio del férreo bloqueo israelí sobre el enclave.
El impacto de las explosiones en la franja en plena noche, que no causaron heridos ni muertos, añadía otro elemento de inestabilidad en la región, marcada ya por la alta tensión: desde hace casi un mes, una serie de ataques, redadas, incidentes violentos y choques entre palestinos e israelíes se han saldado con unos 40 fallecidos en Israel y el territorio palestino ocupado de Cisjordania.
A este repunte, mientras se celebran el mes sagrado musulmán de Ramadán y la festividad judía de Pésaj, se sumaron estos días los fuertes enfrentamientos entre palestinos y Policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, tercer lugar más sagrado del islam y el primero para los judíos, que consideran que ahí se sitúan los vestigios del Segundo Templo.
La irrupción en el recinto de extremistas judíos en pleno Ramadán ha exacerbado las tensiones con los palestinos.