Las fuerzas armadas ucranianas, ubicadas en la región de Lugansk, han acusado al Ejército ruso de usar un tanque para bombardear un hogar de ancianos en la localidad de Kreminna. El hecho originó la muerte de al menos 56 persones.
“56 personas murieron en Kreminna. El 11 de marzo, los ocupantes rusos dispararon desde un tanque contra una residencia de ancianos en Kreminna. Lo hicieron de forma deliberada y cínica. Simplemente, colocaron su tanque frente al edificio y empezaron a disparar”, denunció este domingo el comandante de la región de Lugansk (controlada por las tropas ucranianas), Serhiy Haidai, en Telegram.
Según Haidai, no es posible, de momento, llegar al lugar de los hechos a rescatar los cadáveres.
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Los rusos, según la misma fuente, habrían secuestrado además a 15 personas que sobrevivieron al ataque y las llevaron a otro centro geriátrico en Svatove, en el territorio que está actualmente ocupado por los invasores.
La defensora del pueblo ucraniana, Ludmila Denisova, se refirió también a los hechos con exactamente los mismos datos y calificó al acto de “genocidio” y pidió establecer un Tribunal Militar Especial.
“Este es otro acto de genocidio horrible: el exterminio de la población civil de Ucrania”, dijo en su cuenta de Telegram. “Por cada crimen de este tipo, por cada vida inocente quitada, el liderazgo del Estado agresor debe rendir cuentas con toda la severidad del derecho penal internacional”, añadió.
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Según Denisova, la Corte Penal Internacional debe tener en cuenta este hecho en “la investigación de crímenes de guerra por parte de líderes políticos y militares rusos”.
“Pido a los Estados miembros de la ONU que aceleren el establecimiento del Tribunal Militar Especial. Los criminales deben asumir toda la responsabilidad por las atrocidades en Ucrania”, concluyó.