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Heredera al trono de Holanda podrá casarse con alguien de su mismo sexo sin perder su derecho a reinar

El matrimonio entre personas homosexuales es legal en Holanda desde hace veinte años, cuando se convirtió en el primer país del mundo en reconocer este derecho a la comunidad LGTBIQ+.

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El matrimonio entre personas homosexuales es legal en Holanda desde hace veinte años, pero los matrimonios reales requieren la aprobación del Parlamento. Foto: El País

El gobierno holandés considera que el heredero al trono de Holanda, que fue el primer país que legalizó el matrimonio igualitario, en 2001, puede casarse con alguien de su mismo sexo sin perder sus derechos de sucesión, declaró el primer ministro, Mark Rutte.

Los diputados pidieron que Rutte se pronunciara tras la publicación del libro de un especialista en derecho constitucional que considera que la princesa heredera Amalia, de 17 años, debería quedar apartada de la sucesión al trono si eventualmente se casaba con una mujer.

El gobierno “considera que el heredero al trono puede casarse con alguien de su mismo sexo y no renunciar a su derecho al trono”, subrayó el primer ministro en una carta dirigida al Parlamento, el martes 12 de octubre.

“El gobierno no considera que un presunto heredero o el monarca deban renunciar al trono si él/ella desea casarse con una pareja del mismo sexo”, añadió Rutte.

Matrimonio homosexual

Amalia, la hija mayor del rey Guillermo Alejandro y de la reina Máxima, no hizo comentarios al respecto, ni sobre su vida privada en general.

El matrimonio entre personas homosexuales es legal en Holanda desde hace veinte años, pero los matrimonios reales requieren la aprobación del Parlamento.

En cuanto a los derechos de sucesión de los hijos de una pareja real homosexual, el primer ministro admitió que se trataba de una cuestión “un poco más complicada”.

En ese sentido, la Constitución podría “entrar en conflicto con el derecho de la familia”, declaró en televisión, subrayando que el gobierno y el Parlamento podrían examinar la cuestión si se presentara tal eventualidad.

El pasado junio, la princesa Amalia renunció a su derecho a una paga anual de 1,6 millones de euros (1,8 millones de dólares) porque se sentía incómoda con la idea de recibir esa suma antes de asumir plenamente sus responsabilidades reales, mientras que otros estudiantes lidian con problemas financieros.