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Se hace una prueba PCR para COVID-19 y queda en shock por exorbitante factura: 56.000 dólares

Travis Warner fue con su esposa a realizarse el test anti-COVID-19 para saber si era positivo y recibió una exorbitante cuenta. Él no se quedó de brazos cruzados y descubrió lo que ocurrió.

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El centro de salud SignatureCare Emergency Centers, explicó que tienen un margen de error del 2% a la hora de facturar. Foto: Infobae

Travis Warner es un empresario de tecnología en Texas (EE. UU.) que se dedica desde hace años a instalar conexiones de internet y sistemas de video en su ciudad. Con la llegada de la pandemia de coronavirus, su negocio obtuvo una alta demanda debido a que las personas empezaron a trabajar desde sus casas.

Por tal motivo, Warner y sus empleados visitaban las casas de sus clientes todos los días, exponiéndose al riesgo de contagio cuando la circulación del virus estaba latente. Hasta que un día ocurrió lo inevitable: uno de sus empleados enfermó de COVID-19.

Lo primero que hicieron el empresario junto a su esposa fueron aislarse y, pasados los días correspondientes, tuvieron que viajar a otra ciudad de Texas para realizarse una prueba PCR y antígenos por la alta demanda y falta de pruebas.

A los pocos días llegó el alivio, los resultados de ambos habían dado negativo. Pero después de unas horas, Warner quedó en shock al revisar su factura médica. El cargo por ambas pruebas –PCR y antígenos- fue de 54.000 dólares, que sumados a otros cargos del hospital cerraban la cuenta final en ¡56.384 dólares!

La factura que recibió Travis Warner luego de realizarse los test anti-COVID-19. Foto: captura / Infobae

¿Cómo se llegó a esa exorbitante cifra?

Una legislación aprobada por el congreso de Estados Unidos el año pasado eximía a los particulares de tener que afrontar los costos de los test de coronavirus y hacía responsable de la totalidad de los pagos a las empresas de seguro.

Esta decisión se tomó para evitar que las personas no se hagan las pruebas necesarias por temor a su costo. Por ende, se estableció que mientras durara la emergencia sanitaria –vigente hasta mediados de octubre- las empresas de seguro médico cubrirían el costo de los exámenes anti-COVID-19.

Si bien la medida estuvo pensada para ayudar a los pacientes, terminó dándole carta libre a los servicios médicos de cobrar precios exorbitantes por tests. Ellos no solo tienen la libertad de hacer esto porque las empresas de seguro están obligadas a pagar las facturas, sino también, porque las personas al no sentirse perjudicadas lo dejan pasar.

Ese no fue el caso de Warner, quien decidió involucrarse luego de ver la factura de esposa. Ella se realizó los mismos tests, el mismo día y en el mismo lugar, pero solo tenía que pagar 2.000 dólares.

Después de numerosas llamadas telefónicas con el centro de salud y su centro de facturación, y luego de una espera que duró meses, recibió un correo de su aseguradora que le afirmaba que habían auditado la factura y habían recuperado casi todo el dinero pagado originalmente, de acuerdo a NPR.

Por su parte, el centro de salud SignatureCare Emergency Centers, evitó hacer comentarios sobre este caso en específico y explicó que tienen un margen de error del 2% a la hora de facturar y que, debido a la pandemia, este último año habían recibido una “demanda sin precedentes”. Adjudicando todo a un error involuntario.

SignatureCare Emergency Center, el centro de salud que cobró más de 54.000 dólares por un test anti-COVID-19. Foto: patch

Actualmente, en su página web publican que el costo del test de la COVID-19 bordea los 175 dólares. Así fue como Travis Warner, gracias a sus ganas de involucrarse, le ahorró a la aseguradora decenas de miles de dólares y quizá haya evitado que a otras les ocurra lo mismo.

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