Estados Unidos ha decidido elevar las investigaciones de ataques de ransomware a una prioridad similar a las de amenaza de terrorismo.
Esta medida del Departamento de Justicia del país norteamericano se aplica luego del ataque a Colonial Pipeline, donde el daño hecho por ciberdelincuentes provocó desabastecimiento de combustible en toda la costa este de EE. UU.
Según Reuters, la guía interna enviada el jueves a las oficinas de fiscales de Estados Unidos dice que toda la información sobre las investigaciones de ransomware deberán coordinarse de manera centralizada con un grupo de trabajo recién creado en Washington.
“Es un proceso especializado para asegurarnos de que hacemos un seguimiento de todos los casos de ransomware, independientemente de dónde se pueda derivar en este país, para que pueda establecer las conexiones entre los actores y avanzar para interrumpir toda la cadena”, dijo John Carlin, principal fiscal general del Departamento de Justicia.
En los últimos meses, Estados Unidos ha estado sufriendo varios ataques informáticos hacia distintas organizaciones y empresas importantes en todo el país.
Los sistemas de Colonial Pipeline fueron secuestrados por un virus llamado ransomware, el cual secuestra archivos importantes y los libera a cambio de un pago.
La empresa, que provee el 45% del combustible que se consume en el este del país, se vio obligada a detener el funcionamiento de sus tuberías afectando a los estados del este y sur, entre ellos Nueva York, Virginia, Florida, Arkansas, Texas, Misisipi y otros.
Este ciberataque bloqueó las tuberías y provocó un aumento del precio, además de escasez localizada de combustible en el sureste de Estados Unidos.
La empresa tuvo que pagar a los piratas informáticos casi 5 millones de dólares en bitcoins para recuperar los accesos.