El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, aceptó que la cloroquina puede tener eficiencia “cero” contra la COVID-19. “Puede que allá al frente digan que la opción de la cloroquina es cero, que es un placebo. Todo bien, paciencia, me disculpo, chao, por lo menos, no maté a nadie”, señaló durante la alocución en vivo que realiza semanalmente los jueves por las redes sociales.
El líder ultraderechista, quien ha sido un férreo defensor del uso de la cloroquina y hasta la tomó cuando se contagió de coronavirus en julio pasado, aceptó que puede tratarse de un placebo.
Desde que la pandemia llegó a Brasil en marzo del 2020, Bolsonaro ha recomendado infinidad de veces el uso de la hidroxicloroquina para combatir la COVID-19, un polémico antipalúdico cuya efectividad no ha sido comprobada totalmente por la ciencia.
Su defensa de la cloroquina también les costó el puesto a dos de sus ministros de salud que no la consideraban adecuada en la lucha contra el virus. Fue tal la obsesión del mandatario con este medicamento que ordenó su fabricación en masa.
El antipalúdico forma parte de un grupo de medicinas que el Ministerio de Salud ha determinado que se apliquen a pacientes con coronavirus como parte de lo que ese despacho y el propio Bolsonaro califican de “tratamiento precoz”.
Según datos oficiales, el Gobierno de Brasil ha gastado ya más de 100 millones de reales (cerca de 20 millones de dólares) tanto en hidroxicloroquina como en otros medicamentos de cuya eficiencia ante el coronavirus duda buena parte de la comunidad científica.