Juan Guaidó, jefe del Parlamento de Venezuela (AN), siempre ha reconocido que un quiebre en la cúpula militar es fundamental para el “cese de la usurpación” de Nicolás Maduro.
Desde el inicio de su gestión como “presidente interino” algunos lo apoyaron luego que él les pidió que abandonaran al régimen chavista. Varios de estos soldados desertaron a diferentes países, entre ellos Estados Unidos, nación en la que también han sido rechazados.
Hugo Parra Martínez, mayor de la Fuerza Armada Ncional, un caso emblemático, de tantos, que luego de reconocer a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, han caído en un limbo porque Maduro sigue en el poder, por lo cual se niegan a volver al país caribeño y tampoco son bien recibidos en otras naciones.
Parra Martínez, era mayor del Ejército y, actualmente está privado de libertad en el Winn Correctional Center, una de las cárceles designadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para retener a miles de migrantes mientras se resuelven sus casos de asilo.
Parra Martínez, de 42 años e integrante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), lleva ocho meses detenido en ese centro penitenciario del estado de Luisiana, a pesar de que Trump fue el primer mandatario en reconocer a Guaidó el pasado 23 de enero.
“Caí en un saco y estoy en el fondo. Perdí todo: mi familia, mi casa. Lo que hice no valió nada. No veo una salida”, declaró Parra Martínez a Noticias Telemundo.
El 30 de abril Guaidó lanzó la ‘Operación Libertad’ para derrocar a Maduro de la mano de la FANB, pero solo unos 1200 efectivos se le unieron. El resto permaneció leal al líder chavista.
Parra Martínez fue el oficial de mayor rango en llamar a Juan Guaidó presidente encargado de Venezuela. De hecho, el video en que lo reconoció como comandante en jefe de la FANB fue ampliamente divulgado en redes sociales, antes de que la intentona fracasara.
El líder del Parlamento ha mantenido su llamado a los militares a rebelarse contra Maduro
“Había mucha esperanza, pero no hubo el apoyo necesario de Guaidó y su gente para aniquilar al Gobierno de Maduro. Él tuvo que haber sido más contundente, más radical”, aseguró el mayor, quien ha solicitado salir bajo fianza pero se lo han negado en dos ocasiones.
El caso de Parra Martínez es uno de tantos. Ni siquiera la oposición venezolana ha comunicado alguna cifra exacta de la cantidad de uniformados sublevados que están fuera de Venezuela, pero se sabe que hay varios regados en países de América Latina.
En Colombia varios han sido atendidos por el Gobierno de Iván Duque tras haber cruzado la frontera en el instante en que desconocieron a Maduro como jefe de Estado.
La embajada de Panamá en Caracas decidió asilar a un puñado de militares que se deslindaron del chavismo para apoyar a Juan Guaidó y desde entonces, están siete meses en vilo debido a las amenazas contra su seguridad, recoge El nuevo herald.
Los oficiales que se oponen a Nicolás Maduro vivieron dentro de un cuarto estrecho, durmiendo sobre el frío, rezando, entrenando precariamente y atentos al espionaje del oficialismo, según cuentan a The Associated Press.
“Salimos de Venezuela, pero nuestra lucha para restaurar la democracia sigue”, comenta el teniente Illich Sánchez de 41 años, quien manejaba una guarnición de 500 guardias nacionales que protegían las dependencias públicas en Caracas, incluyendo el salón presidencial de Miraflores y la sede del Tribunal Supremo.
Por su parte, Soto de 43, integraba el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. Ambos ascendieron ganándose la confianza de sus superiores hasta estar al mando de una agrupación que apoyó a Juan Guaidó cuando se alzó contra Maduro.
El último domingo, militares venezolanos se sublevaron en el municipio Gran Sabana, estado Bolívar, en Venezuela, donde unos 30 reservistas indígenas del Ejército se les sumaron y se dirigieron la frontera del país bolivariano con Brasil.
Los oficiales, parte del batallón 513 ‘Mariano Montilla’, tomaron como rehén al comandante de un fuerte, ubicado en el sector de Luepa. Del lugar sustrajeron aproximadamente 112 fusiles y municiones del Parque de Armas.
El Alzamiento militar terminó con el fallecimiento de un efectivo de tropa del Ejército.
Al respecto, Maduro y su régimen acusaron a países como Colombia, Brasil y Perú de estar detrás de la organización de este motín.
El primer teniente Erick Molina cruzó junto a Parra Martínez en abril pasado el Puente Internacional número 2 en Nuevo Laredo, México, para entregarse a las autoridades migratorias de Estados Unidos.
El pasado 11 de abril Hugo Parra Martínez (i) y Erick Molina se entregaron a las autoridades migratorias de Estados Unidos
Rápidamente fueron separados, pasó unos tres meses privado de libertad y luego salió bajo fianza, a diferencia del mayor. Actualmente está en Austin, Texas, en espera de la respuesta de las autoridades norteamericanas sobre su caso de asilo político.
“Pensamos que como Estados Unidos es aliado de Guaidó, hablarían entre ellos y nos ayudarían con el proceso migratorio”, contó a Noticias Telemundo. “Pero todos los militares que pasamos a Cúcuta estamos en la nada. Flotando”.
El presidente de la organización Venezolanos Perseguidos Políticos en el Exilio (Veppex), José Antonio Colina, ha solicitado a la Administración Trump su colaboración para legalizar el estatus migratorio de los uniformados y gocen de libertad.
“Si este Gobierno reconoce que en Venezuela hay violación de los derechos humanos, que hay una dictadura que oprime al pueblo y que la gente está muriendo, entonces a los venezolanos que llegan aquí les deberían dar algún tipo de protección”, dijo.
El presidente de Veppex desde hace tiempo alienta una insurrección militar
Colina, quien también es militar y reside en Miami, teme que dejar a sus colegas en el olvido y sin resguardo podría evitar que la mayoría de los integrantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se rebele contra el régimen de Nicolás Maduro.
Un integrante de la embajada venezolana en Washington confirmó que el jefe del Parlamento “está al tanto” de la situación que atraviesan los uniformados en territorio estadounidense, pero su apretada agenda no le permite hacerse cargo directamente.
“Todos los días en Venezuela hay millones de emergencias y cientos de casos como este que están pasando”, justificó el director de Asuntos Consulares de la embajada venezolana en Washington, Brian Fincheltub, en declaraciones a Noticias Telemundo.
Igualmente añadió que los recursos de la embajada —que fue escenario de enfrentamientos entre opositores y chavistas para tomar el control del lugar— son escasos y tienen restricciones para actuar “sobre todo en temas migratorios”.
Son la minoría dentro de la FANB, muchos están en un limbo y Guaidó está a punto de cumplir un año como presidente encargado de Venezuela, sin haber logrado el “cese de la usurpación” de Maduro.
“La libertad de Venezuela vale más que la mía. Estoy orgulloso de lo que hice. En algún momento Dios siempre recompensa al justo”, enfatizó Parra Martínez, sin ningún tipo de arrepentimiento por haberle dado la espalda al régimen chavista.
En Caracas su casa y la de su madre fueron ocupadas. El único vehículo de la familia fue confiscado. Y no sabe casi nada de ellos desde hace varios meses, dado que en el Winn Correctional Center solo puede realizar llamadas locales.
Aún así, no duda en afirmar: “Lo volvería a hacer”.
El ministro para la Defensa, Vladimir Padrino López, se pronunció sobre el caso de estos militares que han pasado penurias (Hugo Parra Martínez y Erick Molina) a través de su cuenta oficial en Twitter.
El superior inmediato de los militares venezolanos ha criticado cada una de los actos de sublevación
“Los militares deben ceñirse sin ambages a la CONSTITUCIÓN, interpretarla, cumplirla y hacerla cumplir”, afirmó Padrino López, quien públicamente ha jurado lealtad al régimen de Maduro en múltiples ocasiones.
En su mensaje en la red social añadió que se debe “validar nuestro juramento y defender los mandatos de la soberanía popular como una condición sine qua non de ciudadanos con códigos especiales, propios del honor militar”.
La vicepresidenta Ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, también utilizó su cuenta verificada de Twitter para referirse a este caso puntual y para criticar el accionar de la Administración Trump.
“¡Así pagan los dueños imperiales a quienes se prestan para traicionar el sagrado juramento de preservar y defender la soberanía nacional y el legado histórico de nuestros Libertadores!”, manifestó Rodríguez.
En su paso por el Ministerio para Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez acostumbraba a dirigir fuertes críticas al Gobierno de Estados Unidos. Foto: captura
Rodríguez, quien ejerció hace algunos años el cargo de canciller, agregó que en Estados Unidos “¡los usan y desechan de la peor manera! No han podido ni podrán con nuestra heroica FANB”.
Expertos en temas de migración en Estados Unidos, enterados de la crisis en Venezuela, sostienen que el Servicio de Inmigración y Aduanas se demora más en los casos de los militares porque les toma tiempo determinar si verdaderamente son perseguidos políticos.
Para las autoridades estadounidenses no necesariamente queda claro que todo militar recién llegado a su país lo hace de buena fe, es decir, no descartan que puedan ser espías enviados por Maduro.
Para estos uniformados de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, por ende, es más complicado porque son “mal vistos” por la Administración Trump. “Son vistos como parte del sistema”, refirió Colina.
''No valió nada lo que hicimos'': Los militares que reconocieron a Juan Guaidó y hoy viven bajo penurias
Un grupo importante de exmilitares venezolanos se han organizado en Miami para determinar aquellos criterios necesarios en una posible reunificación de oficiales que han denunciado persecución política por parte del régimen de Nicolás Maduro.
Se trata de aproximadamente unos 6 mil militares exiliados en Estados Unidos. De ellos 2780 han formalizado su registro en el censo se realiza desde diversos países fuera de Venezuela.
El encuentro se realizó en una zona en la que habita una numerosa cantidad de venezolanos. Su objetivo fundamental es unificar los criterios para la reincorporación castrense tras el fin de la dictadura.
"Un proyecto de ley para la reincorporación de oficiales de las fuerzas armadas, estos oficiales [que] están fuera del país deben ingresar a las fuerzas armadas y deben ser la fuerza de estructura y de poder que le de gobernabilidad a un gobierno de transición en Venezuela”, dice José Antonio Colina, representante de VEPPEX, organismo de militares en el exilio.
José Antonio Colina, representante de VEPPEX, cuya sede se encuentra en Miami. Foto: captura