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Increíble transformación de una adicta que dejó las drogas y el alcohol hace 8 años [FOTOS]

Jen Elizabeth se convirtió en adicta cuando tenía 12 años para ‘desahogarse’ de una infancia abusiva, pero después de una dura batalla ha logrado la sobriedad.

A sus 42 años, Jen Elizabeth, ganó la dura batalla de vencer al alcohol y las drogas en la que se mantuvo sumida hace más de 20 años. Sin embargo, esa radical transformación no ha sido para nada fácil, ya que tuvo que lidiar con los dolorosos pasajes de su infancia cargados de abuso sexual y malos tratos.

La mujer de California, Estados Unidos, se convirtió en alcohólica a los 12 años después de huir del culto religioso donde sufrió abuso sexual, cuando finalmente escapó con sus padres. Los años de sufrimiento la conllevaron hacia un camino autodestructivo y tuvo su primera experiencia con el alcohol en una botella de vodka.

Al principio usaba alcohol para encontrar la paz, pero luego probó las drogas más duras. Con el transcurso del tiempo, su vida se convirtió en una entrada y salida de los hospitales que dependía de los opiáceos como la heroína.

Con apenas 13 años, Jen vivía en automóviles y habitaciones de hotel, y fue arrestada muchas veces por posesión de drogas, recibiendo propiedad robada y violaciones de libertad condicional. “Pensé que no valía nada, que estaba sucia y que no me querrían. Era una esclava de mi adicción”, comentó.

Radical transformación

Cuando su vida se había enfrascado en la fría celda de una cárcel, Estados Unidos, Jen Elizabeth, sintió una “intervención divina”, desde ese momento, quiso recuperarse y estableció una rutina diaria de tomar café por la mañana, rezando, meditando y jugando con sus dos hijos; Cage, seis, y Ava, dos.

Ser madre de dos hermosos niños la ha ayudado a apreciar su vida y le ha dado un sentido de propósito. Ella planea ser abierta con sus hijos sobre su adicción al alcohol y las drogas y les quiere dar una visión que nunca es “demasiado tarde” para cambiar tu vida.

“Nací de una mujer que no sabía nada sobre el amor maternal. Era esquiva y abusiva; mental, física y espiritualmente. También era una adicta a los opioides”, relata Jen como dando entender que sus hijos no sufrirán las mismas necesidades.