Fueron minutos de terror. Una joven de 18 años se vio obligada saltar desde la ventana de un combi para no ser abusada sexualmente por el chofer.
Camila Ortíz tomó un colectivo de la Línea 501, que circulaba sin pasajeros por la calle Bulevar, entre General Rodríguez y General Las Heras (Argentina), y que era conducido por Leonardo Recalde, ahora detenido.
El hecho ocurrió el pasado miércoles en la localidad Monte Grande, en Buenos Aires.
La joven, que trabaja como moza para pagarse su viaje de promoción, rompió su silencio en un enlace en vivo con el programa Crónica HD.
Acompañada de su madre, dijo que aún tiene “mucho miedo” por lo que le vivió.
“Me dijo: a vos te llevo gratis a tu casa. Me sentí incómoda... solo me cobró 10 centavos. Me fui para el fondo. A pesar de que pasaba por paraderos, no se detenía a recoger gente”, relató, con la voz temblorosa.
Dentro de la unidad, fue víctima de un calvario por parte de Leonardo Recalde, ahora detenido. Foto: Facebook.
Leonardo Recalde manejó sin frenar durante 10 minutos. Camila, asustada, solo atinó a escribe a su madre y hermano por WhatsApp.
En diálogo con Crónica, relató que el chofer apagó las luces del auto, siguió de largo, aceleró la marcha y le dijo “de acá no te bajás, flaca”.
“Estoy bien pero sigo con mucho miedo por la situación... Estaba nerviosa, sólo hablaba con mi mamá para que me vaya a buscar a la parada”, recordó.
"Me imaginaba que me iba a llevar a otro lado pero yo iba a tirarme del colectivo, no me importaba si me golpeaba o me mataba, con él no me iba a ir. Preferí tirarme por la ventana que terminar violada y tirada”, señaló Camila.
Vecinos que presenciaron la situación llamaron a la policía y persiguieron a Leonardo Recalde junto a agentes y familiares de la víctima.
El hombre, de unos 35 años, fue detenido tras conducir en contra por una calle, y trasladado al Destacamento Policial Nuestras Malvinas (Argentina).
Afortunadamente, Camila ahora puede relatar cómo sobrevivió. Aunque por momentos se detiene a pensar en lo que pudo haber sucedido.
“Cuando me caí, no me podía levantar porque me golpee la espalda y la cabeza y las manos. Caí en medio de la calle, había autos pasando, podría haberme muerto. Rodé hasta la vereda para quedar a salvo”, concluyó la joven.