La visita a un hospital por un dolor de estómago, terminó en un periplo para un matrimonio gay, debido a que las autoridades rusas pretendieron quitarles a sus hijos, acusándolos de transgredir la “Ley contra la propaganda gay”, implementada en ese país desde el 2013.
Debido al malestar que presentó uno de sus hijos, Andrey Vagasnov y su pareja Evgeny Erofeyev decidieron llevarlo a un hospital para que lo atendieran. En el lugar, los médicos se percataron que el menor no tenía madre y avisaron a las autoridades, quienes iniciaron una investigación del caso.
La referida “ley de propaganda gay” hace ilegal enseñarles a niños sobre temas relacionados con la comunidad LGBTQ. Con este sustento, se inició una persecución contra la pareja aduciendo que le habían hecho conocer a sus hijos adoptivos que están casados.
Antes de dejar el hospital, el personal informó a Andrey Vagasnov que debía presentarse junto a su menor hijo, identificado como Yuri, a una dependencia policial para responder preguntas. Durante la entrevista, el padre dijo que el investigador salía frecuentemente a hablar con sus superiores.
Luego de esta entrevista, el menor fue obligado a recibir un examen físico para descartar algún tipo de abuso, algo que, según palabras del padre, fue “traumático para Yuri”. Las autoridades le dijeron que le darían los resultados hasta julio, pero al regreso a su casa, Vagasnov vio el primer artículo sobre el caso, el cual decía que la pareja había violado a un niño.
Días después, el otro hijo adoptivo de la pareja, Denis, fue llamado también para una entrevista. Enterado de esto, el abogado de la familia les aconsejó abandonar el país, ya que, sin importar el resultado de los exámenes, estos serían consignados como parte de un caso por abuso, que derivaría en que les quitarán a sus hijos.
Ante los hostigamientos a los que fueron sometidos, la pareja decidió finalmente abandonar Rusia. Su huida coincidió con el pedido de las autoridades de entregar a Yuri a un centro de rehabilitación del estado, mientras el caso se mantenía en investigación. Al enterarse de que la familia había salido del país, las autoridades demandaron que regresaran para ser cuestionados.
Según declaró Andrey Vagasnov, en un punto las autoridades consideraron acusar a la pareja del asesinato de los niños si no se presentaban, a pesar de que los resultados del examen de Yuri demostraron que el niño no sufría de abuso físico.
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Transcendió que Vaganov adoptó a su hijo más grande, Denis, en 2009 y dos años más tarde a su otro hijo Yuri. Poco después el hombre conoció y se casó como Erofeyev en una ceremonia en Dinamarca, en donde se reconoce el matrimonio entre personas del mismo sexo.
A pesar de que las autoridades rusas aún no han presentado cargos contra la pareja, el miedo de los padres permanece y no les permite volver al estado ruso.