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Científicos confirman que Oumuamua, el ‘explorador interestelar’, no es una nave alienígena

Según la revista ‘Nature Astronomy’, Oumuamua, avistado en abril de 2017, tendría origen natural, sin relacionarse a tecnología extraterrestre o sondas varadas.

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Se acabó el misterio: Oumuamua puede ser cualquier cosa, pero no pertenece a civilizaciones avanzadas | Foto: Interpott.nrw Unser Kosmos

Oumuamua, que se traduce como ‘explorador’ en hawaiano, sugería ser la primera nave interestelar detectada por la humanidad; sin embargo, Matthew Knight, científico e investigador en el Departamento de Astronomía de la Universidad de Maryland, Estados Unidos, echó por tierra la conjetura dictada por la Universidad de Harvard. “Nuestra preferencia es seguir comparándolo con objetos que ya conocemos”, sentenció para decepción de muchos.

“La hipótesis de la nave extraterrestre es una idea divertida, pero nuestro análisis sugiere que hay una gran cantidad de fenómenos naturales que podrían explicarlo”, siguió explicando Knight. Él y sus colegas resumieron en el estudio pertinente que Oumuamua es de color rojo y se puede confundir con una gran variedad de objetos que vagan por la galaxia.

Además, el equipo de 14 astrónomos, naturales de Estados Unidos y Europa, especulan que el objeto pudo haber sido expulsado fuera de su sistema estelar desde un planeta gaseoso. De esta forma, Júpiter, por da un ejemplo, pudo haber creado la nube de Oort, formación esférica de objetos más allá de Neptuno, límite del sistema solar. Estos residuos, al igual que Oumuamua, posiblemente se hayan ‘independizado’ de la gravedad del astro rey y en seguida viajado sin rumbo.

El autor principal de las observaciones, por su parte, consideró que en un lapso de 10 años volveremos a ver a otros objetos celestes parecidos. “Si encontramos 10 o 20 de estas cosas y Oumuamua aún nos sigue pareciendo inusual, tendremos que reexaminar nuestras explicaciones”, agregó Matthew Knight.

El Instituto Internacional de Ciencia Espacial en Berna, Suiza, sirvió como base de las indagaciones, donde Knight unió fuerzas con Alan Fitzsimmons, astrónomo de la Queen’s University Belfast, Irlanda del Norte. El investigador de Maryland destacó el talento del equipo de expertos, cuyo objetivo fue realizar el primer análisis exhaustivo de este enigma cósmico, el más grande del siglo XXI por el revuelo que causó en todas las esferas terrestres.

“Tendemos a suponer que los procesos físicos que observamos aquí, cerca de casa, son universales”, continuó Knight. Este análisis científico, publicado en The Astrophysical Journal Letters, incluye el patrón de giro del ‘visitante’ y su forma, gracias al Discovery Channel Telescope de Arizona.

En noviembre de 2018, la NASA, por medio del telescopio infrarrojo Spitzer, permitió conocer el tamaño aproximado del material transneptuniano. Como la luz reflejada era demasiado débil, consensuaron en que media 98 por 140 por 400 metros. Asimismo, se supo que tenía silueta de cigarro alargado.

Al principio lo confundieron con un cometa, luego dijeron que se trataba de un asteroide o nave extraterrestre a la deriva, incluso una vela espacial; ahora, los investigadores piden más tiempo para catalogarlo.