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Género

Planchado de senos, práctica africana para evitar que los varones violenten a las niñas

Un reciente informe de la UNFPA determinó esta práctica como nociva, la cual es realizada por las madres con piedras calientes, confiando en que eso les evitará miradas masculinas y embarazos precoces.

Son múltiples las violencias que sufren las mujeres y niñas a lo largo de sus vidas: el abuso sexual, violaciones y feminicidios son de los más mediáticos. Sin embargo, otra de las torturas que viven es el planchado de senos.

“Una mañana mi madre me despertó y me pidió que fuera a su dormitorio. Me dijo que, ahora que me habían empezado a crecer los pechos, había una práctica para evitar que fueran enormes. No sabía lo que me esperaba.” relató Bettina Codjie, de 25 años, en una entrevista a El País.

¿Qué es el planchado de senos?

Este procedimiento es definido como “la práctica dolorosa de masajear o golpear los pechos de las niñas con objetos calientes para suprimir o revertir el crecimiento de estos”, según las Naciones Unidas (ONU). En algunos lugares se opta por los vendajes compresivos.

Según la agencia AFP, un cuarto de mujeres sufrió el planchado de senos al inicio de su pubertad en países africanos. En dichos países, las madres realizan esta práctica a sus hijas con piedras calientes para mantenerlos lo más planos posibles, confiando en que eso les evitará miradas masculinas y embarazos precoces.

planchado de senos

El reciente Informe “Estado de la Población Mundial 2020″ de la Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) indicó al planchado de senos como una “práctica nociva”; es decir, un daño físico o psicológico —o ambos— que se realiza “con el conocimiento y el consentimiento plenos de sus familias, amigos y comunidades”.

Asimismo, el estudio afirmó que las prácticas nocivas son a menudo herramientas de control sobre la sexualidad y la fertilidad de las mujeres.

La pandemia del coronavirus puede repercutir en el avance contra esta práctica nociva, pues se registraron dificultades para el acceso a los servicios de salud y los programas comunitarios, de acuerdo al informe.

“Es necesario analizar colectivamente y acordar explícitamente la mejora de la salud y el bienestar de las niñas y las comunidades, lo que apoyará al movimiento para poner fin a las normas nocivas y discriminatorias”, afirmó Nafissatou Diop, experta del UNFPA en la esfera de prácticas y cultura nocivas.