Desde que se decretó el estado de emergencia para frenar el avance del nuevo coronavirus en Perú, la población transgénero ha sido una de las más golpeadas y olvidadas nuevamente por el Estado. Además de quedarse sin ingresos para costear su alimentación y tratamientos de salud, mujeres y hombres trans sufrieron maltrato y humillaciones a raíz del ‘pico y placa’ por género dispuesto el pasado 2 de abril.
La abogada y directora de la Red Trans Perú, Miluska Luzquiños, revela a La República que solo durante el pasado 4 de abril—primera fecha del pico y placa por género donde las mujeres que se identificaban como tal podían salir para hacer sus compras—registraron 17 casos de violación de derechos, retención de documentos, arrestos arbitrarios y humillaciones hacia la comunidad trans.
Si bien el presidente Martín Vizcarra aclaró que el Gobierno es “inclusivo”, las fuerzas del orden hicieron caso omiso y expusieron su transfobia internalizada.
“Lo que ha hecho la COVID-19 es evidenciar y acentuar la transfobia, exclusión, pobreza y desigualdad en la que vivimos históricamente”, sentencia Luzquiños. En medio de este panorama donde aún no existe una Ley de Identidad de Género en el país, tres casas trans continúan resistiendo y luchando por sus derechos en el Perú.
Zuleimy Aylen Sánchez Cárdenas tenía solo 14 años cuando fue asesinada de cuatro balazos en el distrito de La Esperanza, Trujillo. En memoria a esta adolescente transgénero, víctima de la transfobia, la Casa trans Zuleymi recogió su nombre para recordarle al Estado que como esta menor son miles las personas trans a las que se les mata y vulnera sus derechos.
El caso de Zuleimy no es una excepción, pues durante el 2019, el Observatorio de Derechos Humanos LGTB registró 4 asesinatos a mujeres transgénero, así como 83 casos de vulneración de derechos a esta comunidad (mujeres trans, 73 y hombres trans, 10).
En ese sentido, su directora Miluska Luzquiños recuerda que tras presentarse el proyecto de Ley de Identidad de Género en 2016, se halló que más del 10% de la población transgénero en Perú no contaba con el DNI, según un estudio hecho por la Universidad Cayetano Heredia. Asimismo, el 50% abandonó sus estudios y el 70% se dedicaba al trabajo sexual.
Motivada por estas problemáticas, Miluska fundó la primera casa trans en el Perú llamada ‘Zuleymi’, la cual abrió por primera vez sus puertas el 16 de noviembre de 2016 en el límite de los distritos de Surquillo y San Borja. Se trata de un centro de acogida temporal, donde a las personas trans en situación de calle, migrantes o víctimas de violencia se les empodera y brinda apoyo emocional.
“Ofrecemos pruebas rápidas de VIH, talleres de cosmetología, maquillaje, acompañamiento a compañeras en situación de vulnerabilidad, acompañamiento de casos de violencia e intercambio de información”, explica a este medio.
En tiempos de pandemia por la COVID-19, la representante de la Red Trans Perú comenta que, gracias al apoyo de diversas organizaciones, se logró repartir más de 2.400 bolsas de comida a mujeres transgénero, que en su mayoría no recibieron ningún bono del Estado ni figuran en algún programa social.
“Que quede claro que esta ayuda no va a mejorar la calidad, ni la situación de precariedad y exclusión en que viven las mujeres trans. Solo es una ayuda momentánea que ha podido cubrir el hambre de 3 a 4 días”, enfatiza Miluska Luzquiños.
Para Luzquiños es importante que el Estado analice sobre qué va a pasar con la comunidad transgénero post-cuarentena, porque a diferencia de otros sectores, ellas y ellos no regresan a una nueva ‘normalidad'.
“Volvemos a una normalidad más violenta, en donde nos excluyen de todo sistema laboral, donde no se habla de reactivación económica porque nunca estuvimos en un sistema laboral estable”, puntualiza. A partir de ello, plantea que es necesario que el Gobierno las y los incluyan en las políticas públicas, mientras esperan la aprobación de la Ley de Identidad de Género por la que tanto luchan.
La Casa Trans de Lima Este es un proyecto creado por y para mujeres trans, que busca brindar consejería, pruebas rápidas de VIH y, sobre todo, capacitaciones para empoderar a nuevas líderes dentro de su comunidad.
Este recinto dirigido especialmente para mujeres transgénero brinda consejería, pruebas rápidas de VIH, así como capacitaciones para empoderar a esta comunidad. Próximamente planean contar con un salón de belleza para que dos personas LGTBI puedan trabajar en conjunto, además de un centro de educación básica alternativa, a fin de que puedan culminar sus estudios.
Yefri Peña, líder de este proyecto y mujer trans cuenta a La República que la idea de este proyecto se dio luego que sufriera dos atentados de homicidio: el primero en el 2007 y el segundo en el 2018. Reconoce que al no saber cómo ponerlo en marcha formalmente le contó sobre este deseo a Gabriel de La Cruz Soler, director general de la ONG Presente, quien aceptó gustosamente ayudarle con todos los preparativos.
“Empezó como un juego y sueño a la vez”, manifiesta Yefri. Luego de casi un año de arduo trabajo, el 29 de diciembre de 2019 inauguraron la Casa Trans de Lima Este, en el distrito de Ate Vitarte.
¿Por qué es importante contar con este tipo de espacios? Yefri Peña, con más de 10 años como defensora de los derechos humanos, afirma que debido a que muchas personas transgénero ignoran sobre sus derechos o son discriminadas en el sector salud, educación y/o laboral, aquí encuentran un espacio para informarse, empoderarse y tener el apoyo emocional que requieren.
Desde que se decretó el estado de emergencia, la Casa Trans de Lima Este ha tenido que paralizar sus actividades, pero gracias al apoyo de varias organizaciones y personajes públicos han podido abastecerse con canastas básicas.
“Mi celular no paraba de sonar porque [las chicas trans] me decían ‘madre no tenemos para comer’. Con Gabriel [de la ONG Presente], nos pusimos de acuerdo para que en una cuenta donen y comprar víveres”. De esta forma, en esa zona, Yefri asegura que han podido apoyar a más de 60 personas de la comunidad LGTBI.
Desde hace más de tres años, en el distrito de La Esperanza (Trujillo), funciona la Casa Trans La Libertad. En el segundo piso del hogar de Luisa Revilla, la primera mujer transgénero que incursionó en la política peruana, formó la primera casa trans del norte del Perú, donde ha podido albergar temporalmente a mujeres transgénero de todas las edades.
“Las chicas aportaron para comprar una cocina, ollas, alimentos y se hicieron cargo de la logística. [...] Todas las chicas de la comunidad tienen una sala de estar, un comedor, computadoras y una oficina”, explica Revilla.
De esta manera, esta casa trans busca que mujeres transexuales tengan un espacio seguro de esparcimiento y socialización. Además, busca apoyar con alimentación, medicamentos y alojamiento temporal a personas trans en situación de vulnerabilidad, hasta que busquen formas en que ellas mismas puedan sostenerse.
La funcionaria de la Municipalidad Provincial de Trujillo sostiene que, más allá de brindar todo tipo de apoyo, lo principal es empoderar a estas mujeres para que puedan defender sus derechos. “No se trata de darles un poco de comida y chau. No, nosotros queremos que las chicas trans salgan más instruidas”, advierte.
En tiempos de coronavirus, una de las poblaciones que más ha tenido su preocupación ha sido el de las mujeres trans con VIH, ya que tienen mayores riesgos de contraer la COVID-19. Por ello, en conjunto con la municipalidad, durante la cuarentena les han entregado cerca de 400 canastas a personas LGTBI.
Además, Luisa Revilla asegura que a diferencia de otras ciudades, en Trujillo no hay mucha discriminación porque desde 2015, año en que asumió un cargo público, ha logrado sensibilizar fuertemente a las autoridades. Por ese motivo, indica que durante el estado de emergencia se registraron muy pocos casos de violación de derechos a la comunidad LGTBI.
Entre tanto, Luisa continúa aún en la pandemia impulsando la educación de mujeres trans a través de plataformas digitales. “No estamos perdiendo el tiempo. Nos reunimos vía Zoom en la escuelita trans, donde chicas trans enseñan sobre maquillaje, tejido, decoración e inglés”, puntualiza.