Laura Bozzo enfrenta varios dilemas legales. La conductora peruana actualmente se encuentra prófuga y buscada por la Interpol por un presunto delito fiscal. El 21 de octubre perdió un juicio contra los actores Irina Baeva y Gabriel Soto. Entre las consecuencias que enfrentará está la posibilidad de que pierda los derechos a usar su nombre.
En octubre de 2020, la pareja interpuso una denuncia contra Laura Bozzo acusándola de difamación, amenazas, acoso y discriminación. Bozzo habría ofendido a Irina y Gabriel en múltiples ocasiones ante varias plataformas televisivas. Ella aseguró que Gabriel y su entonces esposa, Geraldine Bazán, se separaron producto de una infidelidad del actor con Irina Baeva.
“Se marcó ya el precedente para que exista un respeto entre la gente que está detrás de los micrófonos y tiene el poder de opinar; siempre hay un límite en la libertad de expresión”, declaró Gabriel Soto sobre la denuncia.
Tras perder la demanda por daño moral, Bozzo deberá pagarle a la pareja una indemnización. Según el programa mexicano Sale el sol, esta podría ascender a 13 millones de pesos, equivalente a más de $ 640.000,00.
Asimismo, si el demandante lo solicita, la peruana podría perder la capacidad de usar de su nombre legal. Esto se debe a que los demandantes podrían exigir el pago de algunos bienes y derechos, incluyendo regalías, y el nombre de Laura Bozzo también es una marca y nombre comercial, por lo que cuenta con un valor económico.
El abogado de ambos artistas, Gustavo Herrera, informó a la prensa mexicana que exigirá una disculpa pública a la conductora.
Irina reveló en el programa Hoy que ella y su pareja están “muy contentos” tras ganar la batalla legal. “La justicia finalmente nos dio la razón”, declaró la actriz rusa. “Nadie tiene derecho de opinar, de juzgar, de criticar, y sobre todo con palabras altisonantes, de esa forma, teniendo un micrófono en la televisión nacional e internacional”, agregó.
La pareja de Gabriel Soto también resaltó que gracias a este proceso legal se están definiendo las parámetros para “marcar una línea de respeto entre los medios de comunicación y los artistas”.