El pasado miércoles 9 de junio, el partido político Fuerza Popular anunció de la propia voz de su candidata Keiko Sofía Fujimori Higuchi que presentaría 802 recursos de nulidad ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), luego de que el candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, remontara en los resultados oficiales de la ONPE y se aproximara al vaticinio del conteo rápido anunciado por Ipsos Perú/América TV.
“Fuerza Popular está presentando el día de hoy acciones de nulidad en 802 mesas a nivel nacional, acciones que se están presentando al Jurado Nacional de Elecciones. Estas representan aproximadamente 200.000 votos deben ser retiradas del recuento final”, indicó a la prensa.
Según las tasas que maneja el JNE, el costo del pedido de nulidad de una mesa equivale al 25% de una UIT; es decir, 1.100 soles por cada uno de los recursos presentados, lo cual daría como resultado final un monto de 882.200 soles que tendría que desembolsar el partido fujimorista.
En caso de que hubiese una apelación en la nulidad de mesa, se tendría que adicionar por pedido el 15% de una UIT, monto que asciende a 660 soles por cada uno de ellos. Hasta el momento hay registrados 1.094 recursos de nulidad, la mayor parte presentados por el fujimorismo y fuera del plazo legal, que venció el miércoles 9 de junio a las 8.00 p. m.
Keiko Fujimori se pronunció ante la prensa, pero no permitió contestar preguntas. Foto: John Reyes/La República
De acuerdo con el analista y exjefe de Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) Fernando Tuesta, a pesar de la millonaria campaña fujimorista que se ha empeñado en patear el tablero con el rótulo de la democracia, Fuerza Popular no alcanzaría revertir la situación y ya podríamos hablar de Pedro Castillo como virtual presidente electo.
“Si nos atenemos a las actas observadas, que contienen los votos impugnados en mesa, así como algunas actas referidas a error material y otras causales, la diferencia entre los candidatos se ha reducido de tal manera que ya no hay posible alteración en la tendencia del resultado”, explicó.
Además de unos paneles publicitarios aparecidos en Lima que pertenecen a la empresa Punto Visual, la misma que en 2016 fue contratada por Fuerza Popular por un total de 142.747 soles, y de una página web creada por el fundador del Grupo Verona en la que se podía calcular el monto correspondiente a los ciudadanos en una eventual repartición del canon minero, la campaña fujimorista para este 2021 podría ser considerada una de las campañas más racistas de nuestra historia.
Mediante el uso extraviado y abusivo de la libertad y la democracia, los seguidores de Fuerza Popular han pasado libremente de inculpaciones comunistas a un “terruqueo” y “choleo” despiadado, avalado por su lideresa quien, si bien no lo mencionó directamente, apeló al miedo para desprestigiar la figura de su contendor e inflamar la vena más grosera, obtusa e iracunda de la pluricultural sociedad peruana.
Seguidores de Fuerza Popular apelan al "fraude electoral" para remontar candidatura fujimorista. Foto: John Reyes/La República
De acuerdo con el director de la Escuela de Ciencia Política y Gobierno de la Universidad Católica de Santa Maria de Arequipa, Anthony Medina Rivas Plata, la campaña fujimorista ha basado su discurso en el miedo y el odio, dejando entrever un marcado clasismo y racismo que han sabido solaparse bajo una supuesta racionalidad imperante exclusiva de una élite.
“Keiko Fujimori ha basado su campaña en el miedo y en el odio. Ellos apelaban a un voto sin odio, pero parece que está más de un lado que del otro. En esta campaña ha quedado expuesto el más bajo clasismo y racismo. Por dentro la gente tiene mucho miedo y de eso se han aprovechado. Han realizado una campaña de miedo, de terror, anti todo lo que representa Castillo. No es en contra del terrorismo o el comunismo o el populismo, porque después del ofrecimiento de bonos, tampoco podríamos decir que Fujimori es la candidata de la responsabilidad fiscal”, comentó el politólogo para La República.
Medina consideró, además, que el propósito de alargar el proceso es una estrategia para que la narrativa del fraude electoral gane consistencia entre los seguidores de Fuerza Popular.
“El tema no han sido las actas observadas ni las impugnaciones, sino restarle votos a las actas de los electores de Castillo. Yo en principio quisiera que pasáramos la página y que nos reconciliemos como sociedad. Pero va a ser más difícil con toda la campaña clasista y con esta narrativa del fraude del Jurado Nacional de Elecciones, la cual consiste en alargar el proceso, a pesar de que ya se puede dar como ganador a Castillo, para darle valor a su narrativa y unificar a sus seguidores”, agregó.
Tener a Pedro Castillo como virtual presidente electo podría confundirse con la victoria de una clase descastada, con la victoria del pobre en un país rico. Sin embargo, sería más prudente entenderla como la voz de las entrañas de una nación que se come las rodillas para entretener las fauces.
Para entenderlo mejor, el politólogo Anthony Medina recordó la campaña en contra de Ollanta Humala y advirtió las similitudes con la actitud de los detractores de Castillo, quienes han manifestado sin tapujos una realidad racista y clasista, en donde el valor de un ciudadano particular se reduce, en algunos casos, a una secreta superstición.
“El mensaje de odio se manifiesta cada vez que a ciertas personas les das carta libre en redes. No hay nada distinto con la campaña de Ollanta. Incluso durante esa campaña se habló de que uno de sus propósitos era quitarle los niños a sus padres y dárselos al Estado. Cambia Ollanta por Castillo, incluso por Toledo, y es lo mismo, sino que ahora ha sido más extendido. Las redes sociales han permitido que una idea que anteriormente quedaba reservada al comedor se ponga de manifiesto”, argumentó.
La cuenta de Twitter Derechistas Que Le Hacen Campaña A Pedro Castillo ha recopilado decenas de publicaciones de carácter racista y clasista contra los votantes de Pedro Castillo.
El politólogo manifestó también la diferencia entre el valor de las opiniones que parten de uno y otro grupo, evidenciando la idea de supremacía intelectual que convierte a la democracia en una paradoja sesgada y unilateral.
“Es la idea de que si en Miami votaron por Keiko es algo que se puede entender perfectamente porque son ´racionales, profesionales, con mayores ingresos económicos´. En cambio lo que hace el campesino de Puno, Huancavelica es sospechoso y se cree que son fáciles de ser manipulados. Esto no tiene nada que ver con la democracia. Es un discurso que tiene un claro mensaje discriminador”, sentenció.
Castillo postula al cargo presidencial con Perú Libre. Foto: composición/La República
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