La carrera política de Marco Falconí Picardo arrancó en el 2001. Ese año, Valentín Paniagua lo designó prefecto de Arequipa. Paniagua encabezó un gobierno breve después de la caída del fujimorismo (1990 - 2000). Al año siguiente, el país celebró las primeras elecciones regionales. Falconí postuló a la presidencia de Arequipa por Fuerza Democrática, otro de los partidos que horadaron en el fin del régimen autocrático de Fujimori.
Diecinueve años después, este abogado nacido en Condesuyos- Arequipa, sigue siendo un animador constante de la política characata, según Infogob registra ocho participaciones en procesos electorales. En su novena postulación quiere llegar al Congreso por segunda vez con la camiseta de Podemos Perú, una agrupación que no necesariamente exhibe credenciales democráticas y de transparencia. Podemos Perú es uno de los partidos con representación en el actual Congreso y cuyas iniciativas no ayudaron a la estabilidad económica ni política del país.
Además su líder José Luna Gálvez pertenece a Los Gansters de la Política, una red de corrupción investigada por infiltrarse en la Oficina Nacional de Procesos Electorales (Onpe), entre 2016-2018, para conseguir la inscripción partidaria de Podemos. En la tesis del Ministerio Público, Luna Gálvez habría influido en los exintegrantes del desactivado Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) para favorecer la elección de Adolfo Castillo Meza, jefe de la Onpe. Los Gánsters de la Política tienen conexión con Los Cuellos Blancos del Puerto, la supraorganización de políticos, jueces y fiscales que tenían el control del sistema judicial en el Perú. César Hinostroza Pariachi es uno de los principales magistrados investigados por este caso de megacorrupción.
El año pasado, antes del estallido de la pandemia, a Falconí lo retiraron de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Ganó el concurso para integrar este organismo que sustituía al CNM penetrado por “Los Gánsters de la Política” y “Los Cuellos Blancos”. A días de ganar el concurso, la prensa divulgó que el abogado arequipeño mantuvo comunicación con Hinostroza los años 2015 y 2017. Hay un registro de 15 llamadas telefónicas. Falconí reconoció las de 2017. Correspondían, según él, a coordinaciones para la presentación de su libro, las efectuadas en 2015 no las recordaba. A ese cuestionamiento se sumaron la otorgación de un puntaje indebido.
La llegada de Falconí a Podemos ha sido resistida por algunos militantes de Arequipa. En diciembre pasado, un grupo de ellos encaró al candidato presidencial Daniel Urresti por imponer a Falconí y Walter Baldeón Díaz. David Apaza, uno de los integrantes de dirigencia regional, sostiene que los reclamos provinieron de invitados con aspiraciones políticas, sin embargo, el partido está cohesionado y Falconí “es una de nuestras mejores cartas. Es un hombre con experiencia, catedrático, buen abogado”, añade. Apaza admite que la candidatura del excongresista de Perú Posible no emerge de la base regional. Se trata de un invitado del comité nacional. Una fuente allegada a Urresti reveló que este no le tenía mucha simpatía a Falconí, sin embargo, era el invitado de Luna.
Falconí tiene experiencia congresal. Llegó al hemiciclo en el periodo 2011-2016 aupado en el coche de Perú Posible. En abril de 2014, inesperadamente renunció a la función legislativa a pesar que la constitución precisa que esta es irrenunciable.
Desde muy joven, el candidato de Podemos fue un buen ajedrecista. En una entrevista concedida a la periodista Arlen Palomino para el libro Rostros, presume haberle ganado algunas partidas al Gran Maestro Internacional Julio Ernesto Granda. Ese espíritu calculador, le ayuda a mover sus fichas también en la escena política.
Su renuncia al Congreso de 2014 no fue gratuita. Quería postular al gobierno regional de Arequipa. Defendería la jugada con una acción de amparo y medida cautelar. Era previsible que le lloverían tachas para sacarlo de carrera arguyendo que era congresista cuyo cargo era irrenunciable. Falconí invocó ante los tribunales un derecho elemental para defender su causa, “el de ser elegido” como cualquier ciudadano. El jaque mate vino pero del Congreso que no aceptó su dimisión y del Poder Judicial que en otra instancia rechazó su pretensión.
Falconí es un personaje taimado, castrado de la gestualidad pero en esa apariencia pétrea no esconde su egocentrismo. ¿Por qué quiso abandonar el Congreso para postular en Arequipa? Le ha respondido a la prensa no solo que el pueblo se lo pedía sino que la situación de la región era crítica y él era el indicado para salvarla del caos.
La coherencia no es una virtud de los políticos. Por eso se asumió como normalizado el intento de reelección de Falconí para la siguiente gestión parlamentaria (2011-2016). Esta vez se trepó al carro de César Acuña Peralta que hizo una alianza con el movimiento del político arequipeño. “Yo estaré dispuesto siempre a servir al pueblo” ha sido su respuesta cuando le preguntan porque postula al Congreso al cual quiso renunciar.
Este medio ha intentado conversar con el candidato de Podemos para esta nota. Sin embargo, se abstuvo de contestar el teléfono y mensajes.
¿Qué Falconí postula? responde el analista político José Luis Vargas cuando se le consulta sobre la postulación del candidato de Podemos en estas elecciones. Sobre su respuesta Vargas plantea una reflexión. Que esta campaña política tiene un carácter secreta y está centrada en lo que ocurre con los postulantes presidenciales. Y no con los aspirantes al Congreso, una institución que en el último quinquenio jugó un papel crucial en la inestabilidad política y económica del país.
Para Vargas la postulación de Falconí encaja en la frase: “es lo que hay”. Políticos tradicionales que se resisten a dejar las mieles del poder. Dice que siendo número uno tiene opción de llegar siempre y cuando su agrupación salte la valla electoral.