La facturación de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) del Perú se precipitó, durante el primer semestre del 2024, en casi un tercio de lo alcanzado en similar periodo del 2023, y solo las microempresas, el eslabón más grande e inestable de esta cadena, alcanzó cifras positivas.
De acuerdo al informe "Latinoamérica emprende: un análisis de las mipymes en la región 2024", elaborado por Alegra.com, la facturación de las mipymes peruanas disminuyó un 32,51% en los primeros seis meses del año frente a similar periodo anterior, explicado porque el registro de las pequeñas y medianas empresas retrocedió un 59,57% y 37,41%, respectivamente.
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En contraste, las microempresas, que alcanzan al 92% del tejido empresarial del Perú, anotaron un sólido avance de 46,26% en sus facturaciones.
De por sí, el escenario base ya era malo. Si comparamos la facturación de las medianas empresas en el primer semestre del 2023 frente a similar periodo del 2022, podemos apreciar una caída de -53,54%. En el caso de las pequeñas, sí se alcanzó un crecimiento de +22,56%, superior incluso al 3,94% que anotaron las microempresas.
Sin embargo, la caída global de las mipymes en el primer semestre del 2023 fue de -33,58%, tropiezo apalancado por las medianas empresas que podría hoy explicar la alta mortalidad empresarial en nuestro país.
Las personas entre 18 y 34 años constituyen más de la mitad de los emprendedores del Perú, con un 54,3%. Según Alegra.com, esto refleja una "fuerte inclinación hacia el emprendimiento entre los jóvenes y adultos jóvenes, una cifra que ha crecido un 3,6% desde 2023".
Además, nuestro país muestra una diversidad notable en los sectores empresariales. El comercio en el primer semestre lideró con 34,74%, seguido por servicios profesionales con un 14,44%. La gastronomía y tecnología también tienen una presencia significativa, con un 8,87% y 9,47% respectivamente.
El economista e investigador Armando Mendoza sostiene que estas no necesariamente son noticias positivas. Explica que uno de los factores que orillan a los jóvenes en el Perú a emprender es que, sencillamente, no encuentran trabajo.
Para el docente, se ha cultivado un falso discurso en torno al emprendedurismo y las empresas jóvenes, muy arraigado entre las economías de subsistencia, como la nuestra. Confiere que cerca del 80% de la PEA es informal, y en buena cuenta integrada por pequeños negocios familiares