Contrario a lo que se piensa cuando se invierte para la construcción de un hogar, la vía formal representa un costo menor, según Guido Validivia, director ejecutivo de la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), considerando que el 67% de las viviendas edificadas en Lima Metropolitana durante los últimos 13 años son informales.
Por ejemplo, para una vivienda de 35 m2 el precio promedio por lo legal es de S/39.460 —contando con mano de obra, equipos, materiales y subcontratos—, mientras que en lo informal demanda un gasto de S/48.318, un 18,3% más.
Valdivia recuerda que una vivienda formal necesita de trámites, expedientes técnicos, supervisión y gastos registrales y notariales, que elevarían el total a S/44.666, pero sigue siendo un 8% menos de lo que pagaría una familia por un hogar hecho solo por un maestro de obra y sus albañiles.
Aparte de los riesgos que implica la informalidad —ante un terremoto de 8,0, poco más de medio millón colapsaría y se perderían 51.000 vidas, prevé Capeco—, con la ayuda estatal en programas como los bonos familiares o construcción en sitio propio que cubren desde el 50%, los peruanos pueden costearse la casa propia con pagos progresivos que se acomoden a sus ingresos.
“Hay gente que puede pagar más, pero no se crean productos financieros estatales para completar (…) Tenemos que entender los ingresos informales y triplicar los recursos de subsidio. Se necesitan 5.000 millones de soles en subsidios y no los 1.500 millones de ahora. Hay que priorizar los recursos”, comentó Valdivia.
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