Perú ocupa el sexto lugar en el ranking de inclusión financiera y escala una posición a nivel regional, situándose por encima de México y Bolivia, con un puntaje de 43,3 sobre 100. Aunque todavía se encuentra por debajo de la media de la región (45,5), este avance es reflejo del crecimiento en el uso de las billeteras digitales, que cada vez alcanza a más población, de acuerdo a la tercera edición del Índice de Inclusión Financiera (IIF) de Credicorp.
La adopción y uso de billeteras digitales han marcado una tendencia de crecimiento en términos de tenencia y uso. Actualmente, el 45% de peruanos tiene aplicativos para pago o billeteras móviles, 12 puntos porcentuales más que el 2022, esta alza es solo superada por Colombia (61%).
Asimismo, el 62% de los peruanos que cuentan con estas billeteras es calificado como usuario frecuente —las utiliza de manera constante, varias veces a la semana o de manera diaria—, un porcentaje que escala 13 pps. respecto al último año.
“Considerando que un aumento similar, en el ámbito de las billeteras digitales, se dio entre 2021-2022, podemos hablar de una tendencia general a favor de estas, ya que llevan 3 años consecutivos al alza. Podemos decir que las billeteras digitales ya se consolidan como uno de los principales motores que impulsa la inclusión financiera en el Perú y en la región. Para hablar del caso local, ya son el medio digital preferido en compras y servicios”, explicó Gianfranco Ferrari, CEO de Credicorp.
Luego de 3 años de medición, el país ha tomado una senda de mejoría en términos de inclusión financiera en donde se consideran tres dimensiones: acceso, uso y calidad percibida del sistema financiero. El porcentaje de la población peruana con nivel de inclusión financiera Alcanzado incrementó notoriamente, pasando de 15% en 2021 a 21% en 2023.
El porcentaje de personas de nivel En Progreso se ubica en 36% (subió 4 pps. desde el 2021) y las personas en nivel Bajo retrocedieron desde 53% hasta 42%. A efectos de este índice, el término “alcanzado” se refiere al estado en el que una persona no solo conoce bien y tiene acceso a herramientas financieras, sino que también las utiliza de manera eficiente y regular, confiando en su utilidad y calidad.
No obstante, se evidencia que las poblaciones más vulnerables en el sistema financiero continúan siendo, desde el 2021, las mismas: las mujeres, los trabajadores informales y desempleados, aquellos que viven en zonas rurales, las personas con bajo nivel educativo y los que no tienen acceso a internet. El indicador que muestra la brecha más amplia es la educativa, pues mientras las personas con posgrado logran 67,2 puntos, las que no tienen estudios no alcanzan los 29 puntos.