El presidente Pedro Castillo descartó que la puesta en marcha de una reforma agraria durante su Gobierno pueda significar la expropiación de tierras de cultivos, como ocurrió durante la época de Velasco Alvarado.
“Algunos han entendido que la segunda reforma agraria es quitarle terreno a las personas que tienen lotes para dárselo a quienes no. Eso hay que sacárselo de la cabeza. Sería un absurdo y está descartado”, dijo durante su visita de supervisión de las obras de rehabilitación en el Terminal Portuario de Ilo, Moquegua.
En este sentido, Castillo Terrones manifestó que el primer paso para este nuevo modelo económico, orientado a potenciar la capacidad industrial del agro peruano, pasará por interconectar los principales puntos de abastecimiento de cultivos del territorio.
“En la segunda reforma agraria vamos a impulsar lo que quedó pendiente en la primera, donde se le dio la oportunidad de darle terreno a quien le corresponde y para que la tierra sea de quien la trabaje. Ahora el Gobierno está en deuda con el trabajador y agricultor. Eso significa acercarnos más con vías de acceso hacia las chacras, a través de los gobiernos regionales”, precisó para medios locales.
Por tal motivo, el jefe de Estado explicó que, una vez conseguidas las vías de acceso bajo asesoramiento técnico y con el respaldo de los gobiernos regionales, se podrá dotar de tecnología a las cooperativas agrarias locales. Ello contribuiría, además, a potenciar la cadena de suministro de los programas sociales.
“Ya teniendo listas las vías, llegar con tecnología y asesoramiento técnico. Vamos a convocar a los ingenieros agrónomos para preparar una red simultánea a nivel nacional, a fin de que lleguen las semillas y que el Gobierno compre los alimentos para distribuirlos en escuelas y comedores populares”, afirmó el presidente.
“Impulsar la industrialización, y que los agricultores sientan que hay un Estado que se preocupa por ellos”, agregó.