Axel Kicillof nació en el barrio de Recoleta de la capital argentina y se educó en el sistema público. Hizo el secundario en el Colegio Nacional Buenos Aires, una institución que desde 1863 viene amoldando a las élites argentinas.
El joven egresado cursó luego Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Su primera militancia política fue en una agrupación que se llamó Tontos pero No Tanto (TNT), desde donde resistió en los años noventa a la hegemonía militante de los jóvenes radicales de Franja Morada.
En la UBA forjó una potente carrera académica, con investigaciones, nueve libros y horas como profesor. Su tesis doctoral, que tituló Génesis y estructura de la Teoría General de Lord Keynes, mereció un 10.
Desde entonces, Kicillof responde a quienes lo tildan de “marxista” que se considera un “keynesiano” que defiende la importancia del Estado en la economía.
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El salto de Kicillof desde la academia hacia la primera línea de la política se produjo en 2009, durante el primer gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2007-2011). Su amigo Mariano Recalde era por entonces director de la recién nacionalizada Aerolíneas Argentinas y lo convocó para que ocupara un lugar en la dirección de finanzas.
“En algún momento Cristina Kirchner lo conoce y lo pone en Economía como viceministro de Hernán Lorenzino. Acababa de morir Néstor Kirchner, que era quien decidía la política económica, y huérfana la economía de un conductor, Kicillof será la persona que mejor se acomoda a las ideas de Cristina Kirchner, relacionadas a una mayor intervención del Estado”, explica el periodista Ezequiel Burgo, autor de El creyente: ¿quién es Axel Kicillof?
Desde el Ministerio de Economía, el ascenso de Kicillof fue meteórico. Cuando Hernán Lorenzino presentó su renuncia un año después, nadie dudó de que esa joven promesa que ocupaba el segundo lugar en la línea del Ministerio sería el heredero.
De la gestión de Kicillof fueron los planes de promoción al consumo y también el cepo cambiario, una medida de emergencia para controlar la fuga de divisas y que ahora fue recuperada por el Gobierno de Mauricio Macri.
También la cancelación de la deuda que Argentina tenía con el Club de París desde 2001 y el cese de pagos con los llamados fondos buitre, aunque como ministro Kicillof siempre intentó honrar esa deuda. Si no lo hizo, fue porque el fallo de un juez de Estados Unidos se lo impidió.
Cristina Fernández de Kirchner decidió finalmente bendecir su candidatura en Buenos Aires. La expresidenta había cedido su lugar en la nación en favor de Alberto Fernández y se cobró el gesto con la provincia.
Los barones pretendían en el distrito a un hombre propio y miraron a Kicillof con recelo, como si fuese un intruso al que debían soportar porque estaba ungido por Kirchner. La expresidenta les recordó entonces que Kicillof era el que mejor iba en las encuestas. Y nadie se atrevió a contradecirla.
Kicillof hizo campaña, creció en las encuestas y 90.000 kilómetros después del inicio de su larga marcha se quedó con el trofeo mayor. El peronismo, finalmente, se rindió a sus pies. Hoy en día, Axel Kicillof, es el candidato peronista a gobernador del distrito más rico, más poblado (16,6 millones) y más grande de Argentina.
En las elecciones generales del pasado domingo, Kicillof obtuvo el 52% de los sufragios, a más de 1,4 millones de votos de distancia de la actual gobernadora, María Eugenia Vidal, la política mejor valorada del macrismo.
FUENTE: Diario El País