Cadáveres apilados. Una imagen que se volvió tan cotidiana por este lado del mundo, pero que en una ciudad tan rica y desarrollada como Hong Kong resultaba impensable. Irreal. Cadáveres apilados, en bolsas, junto a camillas de pacientes.
Desde hace unas semanas, esta región administrativa especial de China vive el peor brote de coronavirus de su historia, al punto de que las morgues se quedaron sin espacio para recibir más cadáveres, los que terminan apilados en los pasillos y salas de hospitales.
Villas de cuarentena. Uno de los centros de aislamiento improvisados que ha construido el gobierno local usando contenedores, ante la falta de espacios de cuarentena. Foto: EFE
No hay espacio en las morgues y tampoco hay ataúdes suficientes. Un representante del sector funerario dijo a medios locales, hace unos días, que se había agotado la disponibilidad de féretros. La jefa de gobierno local, Carrie Lam, ha reconocido la situación y ha dicho que en los próximos días llegarían dos embarques con ataúdes procedentes de China continental. Las familias han tenido que esperar para realizar los servicios fúnebres de sus muertos. Incluso, los crematorios se han visto desbordados.
Escenas conocidas en Perú y otros países de Sudamérica durante el primer año de la pandemia, pero que en el llamado Primer Mundo parecían inimaginables. Hasta ahora.
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Durante casi dos años, Hong Kong había sido un modelo en el control de la pandemia en el mundo. Para finales de 2021, esta región, de 7.5 millones de habitantes, había registrado solo 12.650 casos y menos de 220 muertes.
Pero la situación cambió con la llegada de la variante ómicron. A partir de febrero de este año, los contagios se multiplicaron con una intensidad sin precedentes, al punto de que en esta última semana ya se habían registrado casi 700 mil casos y más de 4.800 muertes.
El otro problema son sus bajas tasas de vacunación, sobre todo entre la población de adultos mayores. Según reportes de la BBC, alrededor del 76 % de los mayores de 11 años están vacunados, pero menos de un tercio de los mayores de 80 años han recibido dos dosis.
“Hubo muy poco covid en todo este tiempo, por lo que muy poca gente conocía a personas que habían tenido covid o habían muerto a causa de la enfermedad. Automáticamente desapareció un incentivo muy importante para la vacunación”, le dijo Siddharth Sridhar, virólogo de la Universidad de Hong Kong, a la BBC.
En un estudio de la City University se vio que Hong Kong es uno de los territorios donde están más arraigadas las teorías de la conspiración y las creencias de que la vacuna servirá para rastrear y controlar a la población.
Hoy, debido a la variante más contagiosa y a la reticencia a la vacunación, tiene una de las tasas de mortalidad más altas del mundo.
Los contagios se han esparcido tanto y las medidas de aislamiento son tan rígidas que han afectado la disponibilidad de personal en áreas claves de la economía. No hay suficientes conductores para el sistema de colectivos y trenes subterráneos y muchos comercios tuvieron que cerrar debido a la falta de empleados.
Las morgues se han quedado sin espacio para recibir cadáveres y tampoco hay suficientes ataúdes. Foto: EFE
Ante la falta de espacios para el aislamiento, el gobierno ha mandado a construir campos de cuarentena usando contenedores de transporte marítimo. Asimismo, está requisando viviendas públicas y habitaciones de hotel.
Según las autoridades, unos 300 mil hongkoneses han tenido que hacer cuarentena en sus propios domicilios, algo inédito en el pasado. El gobierno está distribuyendo en los hogares residenciales paquetes de atención que incluyen medicina tradicional china, a pesar de que no hay evidencia de su efectividad.