Luis Sergio, fotógrafo peruanochileno, empezó a tomar imágenes de las protestas del 2019 en Chile porque vive y trabaja a unas cuadras de donde ocurrían las principales movilizaciones. En un inicio pensó que no iban a durar tanto, pero estas fueron creciendo con las semanas. Y cuando profundizó en el registro de lo que ocurría, le llamó mucho la atención la gran cantidad de heridos que había.
-Había heridos en las piernas, brazos, pero sobre todo con lesiones en los ojos- cuenta.
Entonces se interesó por las historias de esas personas que, víctimas de la violencia de los carabineros, habían perdido uno de sus ojos, habían sufrido lesiones permanentes o corrían peligro de quedarse ciegos. A la mayoría los fue conociendo en los servicios de emergencia de hospitales y clínicas a donde los habían llevado.
Quería saber de ellos, quiénes eran, por qué se habían animado a marchar. La mayoría de heridos eran estudiantes, trabajadores, gente común que reclamaba mejores condiciones de vida. Descubrió también que algunos se encontraron en medio de las protestas por azar, volviendo del trabajo o de otro lugar, y fueron alcanzados por los proyectiles.
Luis Sergio los esperó fuera de los hospitales y, poco a poco, fue conociéndolos y conociendo su drama. Era difícil no conmoverse con lo que veía. Su idea era hacer retratos de sus rostros en primer plano. Un día fue con luces y flash a un hospital para empezar su trabajo, pero se dio cuenta de que, en circunstancias tan difíciles, estaba siendo muy invasivo.
-Me dije: quién soy yo para molestarlos, cuando son personas que llegan heridas de los ojos, quién soy yo para invadir su espacio-.
Entonces decidió trabajar de otra forma: llevó un reflector y, en vez de usarlo sobre el rostro, lo usó como un fondo negro. Así hizo los retratos: en primer plano y con fondo oscuro. Durante las marchas, muchos manifestantes llevaban banderas chilenas, pero no con los colores rojo, azul y blanco, sino solo en negro para simbolizar un país de luto. Eso también quería expresar Luis Sergio con sus retratos.
Albano Toro (40), paramédico, herido mientras atendía pacientes.
Voces heridas
Jean Espinoza, 21 años, es comerciante y ha perdido la visión del ojo derecho. “¿Quién nos devolverá la vista? ¿Quién nos hace justicia? Nadie está haciendo nada por nosotros, nadie se está poniendo en nuestro lugar”, le dijo a Luis Sergio. Albano Toro, 40 años, paramédico, fue herido en un hospital de campaña mientras atendía a un manifestante. “El 21 de noviembre estaba atendiendo y me dispararon. Perdí totalmente la vista y sigo en observación. Esto me cambió la vida”, le contó.
Otros resultaron heridos por azar. Marlen Morales, 33 años, obrera, caminaba con su hija por la comuna de Lo Prado y recibió un perdigón en el ojo. “Nunca he participado en ninguna marcha. Soy madre soltera de tres hijos. Lamento haber salido a caminar ese día, he perdido la vista”. Lo mismo le ocurrió a Camilo Gálvez (24), dueño de una página en redes sociales. “Nunca he participado en ninguna marcha, quedé atrapado en medio de la protesta. Tengo el ojo comprometido y no tengo visión”, dijo al fotógrafo.
Son algunas de las historias que Luis Sergio recogió y retrató. Fue un proyecto personal duro. Cada noche que regresaba de hacer ese trabajo no podía volver a ver las fotografías. “Es muy muy doloroso, frustrante, indignante. Por eso quería mostrar lo que les pasó”. Eran retratos sencillos, directos, documentales.
Él escogió diez de esas poderosas imágenes y las presentó al Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña con el título Ojos. Su trabajo fue uno de los cuatro finalistas entre 708 participantes de 89 países. Será parte de una exposición a realizarse en el Museo de Bellas Artes de Madrid en febrero.
-Que se haga una muestra sobre esto es muy bueno. Como obra y como noticia. Porque el arte también enseña dice Luis.