Contribuir al posicionamiento en órbita de satélites de última generación o al lanzamiento de cohetes para la exploración del lado oculto de la Luna no son los únicos logros de la afamada Academia China de Tecnología Espacial. En la sede de este símil de la NASA en Beijing, se congregaron muchos de los medallistas olímpicos y campeones mundiales chinos que aportaron en favor de alcanzar el hoy expectante lugar de su nación en el deporte global.
Nadadores, ciclistas y remeros fueron expuestos a túneles de viento de baja velocidad, los cuales permitieron a entrenadores, con el apoyo de investigadores de aerodinámica aeroespacial, medir la resistencia del aire en el cuerpo de los atletas, analizar y ajustar sus movimientos, optimizar los métodos de entrenamiento y rediseñar los trajes deportivos para las competencias.
Esta tecnología, pionera en la investigación y el desarrollo de cohetes, misiles y aviones no tripulados, ha sido puesta al servicio del deporte por China con el propósito de sumar en favor de un gran objetivo nacional: ser la máxima potencia mundial del deporte y cortar el papel hegemónico que durante más de un siglo han tenido Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón y Rusia.
Si bien hay un objetivo trazado a mediano plazo, el presente ya muestra resultados por demás alentadores: en París 2024, China empató con la delegación estadounidense el medallero de oro de los Juegos Olímpicos y ganó los Juegos Paralímpicos. Sumado a estos éxitos, los peruanos fuimos testigos recientemente de la consagración de las voleibolistas y nadadoras chinas en los mundiales juveniles de vóley y de natación artística realizados en Videna.
El camino hacia el liderato global en todos los deportes está apalancado por una política de Estado capaz de invertir multimillonarios recursos. Un informe de la Administración General del Deporte Estatal de ese país proyecta que para el próximo año la escala total de la industria deportiva china alcanzará los 500 billones de dólares, sumando el histórico aporte estatal y la cada vez más creciente inversión de las empresas privadas. Esta colosal cifra abarca el presupuesto en infraestructura, tecnología, educación, salud, entrenamiento, implementos, alimentación y vitaminas destinado a la formación de atletas desde muy temprana edad.
Ello hace posible ver a millones de niños y jóvenes reunidos en miles de escuelas formativas desde donde son identificados los talentos con proyección a convertirse en deportistas de élite. Uno de los centros más conocidos es el de Sichacai, ubicado al lado mismo del cuartel general del Partido Comunista en Beijing. La agencia EFE pudo comprobar cómo seiscientos menores y adolescentes de todo el país se forman allí física y mentalmente para ganar, con largas sesiones diarias de entrenamientos complementadas con la enseñanza escolar.
“De lunes a sábado viven, entrenan, estudian, comen y duermen en el mismo lugar. Por la tarde de los sábados vuelven a la casa de sus padres y el domingo por la noche regresan a la escuela”, relata para el portal Esto la presidenta del Comité Olímpico Mexicano, Mary José Alcalá, quien cuando era clavadista de élite entrenó en uno de estos centros al lado de niños de apenas seis años quienes eran exigidos con rutinas de entrenamiento de casi ocho horas diarias.
Escuelas como la de Sichacai guardan la fórmula del éxito, la cual consiste en poner foco los deportes individuales en los que, por genética, contextura física, poder de concentración, aporte tecnológico y riguroso entrenamiento, los competidores chinos pueden marcar grandes diferencias con sus pares occidentales. Eso explica el por qué China arrasó en natación, clavados, tenis de mesa, bádminton, gimnasia, boxeo, tiro y halterofilia en París 2024, logrando 23 de su cosecha total de 40 medallas de oro. Las otras 17 preseas se lograron en pruebas por equipos.
Según explica el periodista mexicano Mauro Sotomayor para el portal Medio Tiempo, el foco en deportes individuales maximiza las oportunidades de medallas en las competencias permitiendo, además, un control más preciso del rendimiento y el progreso de los atletas. “En deportes como los clavados, China ha desarrollado un sistema tan eficaz que sus atletas suelen ser invencibles”, agrega. Al menos 10 mil niños y jóvenes en todo el país asiático practican solo clavados con una misma técnica y bajo la supervisión de los mejores entrenadores del mundo, revela Mary José Alcalá.
Sin embargo, el proyecto chino para liderar el deporte mundial ha transitado también por caminos tortuosos y a raíz de ello la Administración General del Deporte Estatal introdujo reformas para frenar la"perversa obsesión por las medallas de oro". Casos de corrupción dirigencial por malos manejos de fondos, métodos brutales en las extenuantes jornadas de entrenamiento de niños y jóvenes, el cómo lidiar con la masa que no alcanza el éxito deportivo y los entredichos por el aporte obligatorio sobre ganancias o “retribución” de los atletas élite al Estado, han generado algunos cuestionamientos.
A lo señalado líneas arriba se suman las crecientes denuncias de dopaje. Previo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, una sustancia prohibida se encontró en las pruebas de 23 nadadores chinos. Tras ello, Estados Unidos se apoyó en una ley nacional para investigar en el deporte internacional, logrando que en París 2024 se hicieran 600 exámenes a la delegación asiática de natación, sin encontrar nada extraño. En el ojo de la tormenta durante los recientes Juegos Olímpicos estuvo Pan Zhanle, ensombrecido por rumores de dopaje, quien ganó los 100 metros en natación estilo libre masculino e impuso un nuevo récord mundial para cortar el dominio histórico de los nadadores de Estados Unidos y Australia.
China ha exigido a los norteamericanos cesar su acoso respecto al dopaje y garantizar un ambiente lejos de sospecha de cara a los Juegos Olímpicos 2028 a realizarse, precisamente, en Los Ángeles. Los orientales se han puesto como objetivo ganar esos juegos en territorio norteamericano. Pero no es este el único dilema del deporte chino en los últimos años. Recordemos las denuncias del diario británico Daily Mail contra la bicampeona olímpica en Londres 2012,Ye Shiwen, acusada de ser un humano genéticamente modificado para ganar, con solo 16 años, las pruebas de nado en 200 y 400 metros estilos.
Pese a los dichos y entredichos, la Academia China de Tecnología Espacial seguirá su afán de poblar la Luna en un futuro y, a la vez, dotará de mayor aporte científico a los atletas y entrenadores chinos, a fin de que el deporte de la actual primera economía mundial se posicione muy pronto en una galaxia inalcanzable para sus competidores.
A propósito de este reportaje, consultamos la opinión de Alain Wang Qinbo, periodista de Titan Sports, el mayor periódico deportivo de China, quien respondió una serie de preguntas que aportan mayores luces respecto a cómo trabaja el país asiático en favor de una estrategia que lo posicione como una potencia mundial del deporte.
¿Qué información nos puedes dar sobre las escuelas de formación como Sichacai donde se entrenan desde muy niños a los futuros grandes atletas?
Debido a la vasta extensión territorial de China, las características geográficas, culturales y el nivel de desarrollo económico varían significativamente de una región a otra. Esto hace que la organización deportiva en cada región, e incluso en cada grande ciudad, sea distinta.
Por ejemplo, la Escuela de Deportes de Shichahai es un modelo representativo de una escuela deportiva en una gran metrópolis. De aquí han salido muchos atletas olímpicos famosos, e incluso actores de artes marciales como Jet Li, conocido por sus películas de acción.
Aunque su nombre incluye la palabra "escuela", esto puede llevar a malentendidos. En realidad, sería más apropiado describir Shichahai como un gran club deportivo financiado por el gobierno de Pekín. En sus instalaciones se alojan equipos en varios deportes que representan a la ciudad de Pekín, además de ofrecer una variedad de actividades deportivas para jóvenes, y albergar una escuela vocacional que forma y selecciona a futuros atletas.
Esta última parte es la única que funciona como una escuela propiamente dicha, donde los escolares reciben tanto formación deportiva como clases académicas en un solo lugar. Según mi conocimiento, cada año, cuando la escuela vocacional de Shichahai abre su proceso de selección, muchos padres llevan a sus hijos a las pruebas, lo que demuestra que en la capital muchos desean que sus hijos se conviertan algún día en estrellas del deporte.
En otras regiones, como mi lugar de origen, la provincia de Sichuan, cuya superficie es mayor que la de Alemania y cuya población es casi igual de numerosa, no es posible contar con una estructura tan centralizada como la de Shichahai en Pekín.
En cambio, existen sistemas de entrenamiento y selección vinculados directamente a las escuelas en diferentes ciudades. Por ejemplo, si un niño de una pequeña localidad muestra talento en algún deporte, puede ser invitado a estudiar en una escuela deportiva de una ciudad cercana, donde también se le proporciona alojamiento gratuito. Si su talento es excepcional, incluso podría ser invitado a una escuela deportiva en la capital provincial, donde combinaría su formación académica con el entrenamiento deportivo.
La formación deportiva de los niños en China no difiere tanto de la de otros países. Quizás la única diferencia es que el sistema de entrenamiento deportivo en China tiende a ser más riguroso, con una mayor intensidad de entrenamiento, especialmente para aquellos jóvenes que han sido seleccionados para las escuelas deportivas mencionadas. Un legado de la escuela soviética. No hay nada particularmente "mítico" en este sistema. Tal vez en algunos países la difusión del deporte depende más de los clubes deportivos, mientras que en China el sistema de selección y formación vinculado a las escuelas es fundamental.
¿Cómo son las jornadas de entrenamiento en esos centros donde niños y jóvenes conviven en un ambiente de estudio, alimentación y alojamiento?
Esto está relacionado con el tipo de escuela y el estatus del atleta. La mayoría de los niños que practican deportes lo hacen por las tardes después de clase o los fines de semana, muchas veces acompañados por sus padres.
Sin embargo, como mencioné antes, los escolares que ingresan a la escuela vocacional de Shichahai dedican la mitad de su tiempo al entrenamiento deportivo y la otra mitad a sus estudios académicos. No todos los escolares duermen en la escuela ni cenan allí. Muchos que viven cerca prefieren volver a casa de noche.
En el caso de los talentos deportivos de mi provincia natal, Sichuan, aquellos que son enviados a escuelas en ciudades cercanas reciben alojamiento y comidas en los dormitorios y comedores de esas escuelas, pero también deben seguir yendo a cursos académicos además de su entrenamiento deportivo. Comparando esta situación con los niños que residen en academias juveniles de clubes de fútbol europeos, se puede ver que en China se le da mayor importancia a los estudios académicos de los jóvenes atletas. Muchos de los deportistas que no logran avanzar a niveles más altos terminan ingresando a universidades para continuar su educación.
¿Qué opinas de la estrategia china de dar prioridad a los deportes individuales como natación, clavados, tenis de mesa, bádminton, gimnasia, boxeo, tiro y halterofilia? Ello con la finalidad de lograr muchas medallas en las competencias.
No existe una estrategia en China diseñada específicamente para deportes individuales. Si observamos las inversiones económicas, queda claro que los deportes de equipo, como el fútbol, son los más ricos. Un ejemplo claro es cuando Marcello Lippi fue entrenador de la selección nacional de fútbol de China, con un salario anual que, junto con su cuerpo técnico, alcanzaba los 10 millones de euros netos.
Los medios chinos han sido muy críticos con los desastrosos resultados de los equipos nacionales (hombres) de fútbol, baloncesto y voleibol, y han instado continuamente a las asociaciones correspondientes a realizar reformas. Sin embargo, en los últimos años, la situación, especialmente en el fútbol masculino, ha empeorado considerablemente. Los resultados son cada vez más decepcionantes, como se vio en la reciente derrota 0-7 de la selección china ante Japón en las eliminatorias para el Mundial 2026. Una verdadera vergüenza.
La razón detrás de todo esto es bastante sencilla: carecemos de un sistema de clubes deportivos de calidad, tanto profesionales como amateur, como los que existen en Europa y Sudamérica. Esto significa que los niños no cuentan con un sistema de formación y competiciones de alto nivel desde temprana edad. La base popular para los deportes de equipo en China es muy débil. Por ejemplo, en una metrópolis como Beijing, con una población de 20 millones de personas, solo hay un gran equipo, Beijing Guoan, y ni siquiera tenemos un "clásico" de la ciudad, algo que en países sudamericanos sería impensable.
Para realmente impulsar el fútbol, se necesita una mayor cantidad de campos y, sobre todo, más tiempo para que los niños puedan practicar deportes después de la escuela. Sin embargo, esto es difícil de lograr en ciudades donde el espacio libre es limitado y el sistema educativo chino exige mucho tiempo para los estudios.
En los deportes individuales, las inversiones tienden a generar resultados más rápidamente, como el atletismo, la natación y el remo. Hemos contratado a los mejores entrenadores del mundo para trabajar con nuestros atletas, elevando también el nivel de nuestros propios entrenadores. Los resultados de estos esfuerzos son visibles y concretos. Sin embargo, con el fútbol la situación es muy distinta.
Aunque entrenadores como Marcello Lippi y Luiz Felipe Scolari, ambos campeones del mundo, han dirigido en China (nacional o club), junto con otros grandes nombres como Fabio Capello y Sven-Göran Eriksson, su impacto en la mejora del fútbol chino ha sido muy limitado. Esto refleja que, en deportes colectivos como el fútbol, no basta con tener grandes entrenadores. La estructura de base, el sistema de competiciones juveniles y la formación desde las primeras etapas son igualmente fundamentales, y es precisamente en estos aspectos donde China sigue teniendo grandes carencias.
¿Cómo toma China las acusaciones de Estados Unidos por supuesto consumo de sustancias prohibidas por parte de los deportistas chinos?
Es cierto que en cada edición de los Juegos Olímpicos surgen acusaciones y críticas hacia China, lo cual ha generado un sentimiento de cansancio entre muchos periodistas y aficionados deportivos chinos. De hecho, muchas de las respuestas a estas acusaciones ya han sido proporcionadas por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA). Desde mi perspectiva, el verdadero objetivo de los ataques de Estados Unidos hacia China parece ser el deseo de reemplazar la actual junta ejecutiva de la WADA con personas que estén más alineadas con los intereses estadounidenses.
Uno de los problemas de fondo radica en la grave falta de control antidopaje en el deporte universitario y profesional de Estados Unidos, donde la USADA (Agencia Antidopaje de Estados Unidos) ha mostrado una gestión deficiente. WADA, consciente de esta situación, ha estado presionando a Estados Unidos para que mejore su trabajo antidopaje antes de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, lo que ha generado tensiones entre ambas agencias.
Si observamos las recientes declaraciones de la WADA, donde se insta a Estados Unidos a mejorar sus prácticas en este ámbito, podemos intuir que el problema real no está tanto en China, sino en que Estados Unidos no tolera que un organismo internacional no actúe conforme a sus intereses. Esta actitud es similar a cómo Estados Unidos ha tratado a otros organismos internacionales en el pasado.
¿Crees que China ya es la principal potencia mundial del deporte? ¿Cuándo llegaría a serlo?
Esta pregunta genera opiniones divididas entre los chinos. Algunos creen que ya somos una potencia deportiva, dado que hemos ganado tantas medallas y producido tantos campeones mundiales. Otros, sin embargo, opinan que somos simplemente una "potencia de medallas", es decir, que nos destacamos en seleccionar a unos pocos atletas para ganar honores, pero que en términos de deportes masivos, especialmente los deportes de equipo, estamos muy rezagados. Estas personas preferirían tener un "clásico" como Alianza vs La U en su ciudad, en lugar de solo celebrar medallas en deportes individuales.
Personalmente, prefiero ofrecer una respuesta más equilibrada: estamos en camino de convertirnos en una verdadera potencia deportiva. Los honores y logros que ya hemos alcanzado son el resultado de generaciones de esfuerzo y la acumulación de experiencia en deportes específicos, y estos logros no deben subestimarse. Sin embargo, también debemos reconocer que los deportes colectivos, especialmente el fútbol, brindan una pasión y una participación en la vida cotidiana de la gente que es incomparable. En ese sentido, también quisiéramos tener nuestro propio "Alianza vs La U", nuestros propios Farfán y Guerrero.