Jorge Fossati es el nuevo DT de la selección peruana. Será la tercera vez que el uruguayo de 71 años dirija un combinado absoluto. Antes estuvo en Uruguay y Catar. La realidad peruana, quizá esté asemejada con lo que fue su paso por la Celeste. En 2004, tomó las riendas de una selección charrúa casi eliminada y llegó hasta la repesca.
Fossati deberá responder con creces el llamado de un país ávido de victorias. El país de los dos puntos en las eliminatorias. El país que quebró los 36 años sin ir a una Copa del Mundo. El mismo imaginó ser fijo en las citas intercontinentales desde 2018. El país del hincha ingrato.
Todo eso queda en la anécdota. El flamante DT deberá pensar en nada más que en el grupo. En eso parece ser un especialista: así se vio a Universitario y su gran Clausura. Manejo de camarín, ciertamente. No es que los jugadores de selección le hayan faltado el respeto a Juan Reynoso, pero sí a su proyecto. Ese método a rajatabla que esperaba mensurar y controlar todo.
Hoy existe la posibilidad de volver a las fuentes. Es cuestión de ver si Fossati será capaz de replicar (o mejorar) lo hecho en la U. Su primera gran prueba será la Copa América 2024, torneo en que a Perú siempre le ha ido bien. Esto debería servir para plasmar su estilo y definir su universo de jugadores. Titulares y suplentes, así tal cual. Eso de la constante rotación, sin criterio, no funcionó.
Chile, Argentina y Concacaf 5 (Canadá o Trinidad y Tobago) serán los rivales de la fase de grupos. Hay posibilidad de avanzar en este torneo continental. Como también la hay en las eliminatorias. A pesar de la desastrosa campaña, Perú está a 3 puntos de la zona de repechaje: el puesto 7 lo comparte Chile y Paraguay. Recién en septiembre de 2024 se reanuda la competencia sudamericana y seremos locales ante Colombia y visitantes en Quito, difícil.
El trabajo de un seleccionador es harto complicado. Pocas semanas de trabajo y vacíos prolongados entre fechas dobles. Seguramente, Jorge Fosatti tomará mano de los jugadores de la U. Andy Polo, Aldo Corzo y Piero Quispe tendrán un rol más protagónico. Y por qué no Alex Valera y Nelson Cabanillas. Los carrileros son la debilidad del uruguayo. Un esquema de 5-3-2 (en defensa) que se convierte fácilmente, con el despliegue en banda, en 3-5-2 (3-5-1-1).
Su equilibrio y confianza lo tiene en su pivote: como fue Ureña en la U. En la selección deberá escoger entre Wilder Cartagena, Renato Tapia o Pedro Aquino, si es que a Yoshimar Yotún le asigna una función distinta, de mayor creación. ¿Se la jugará por la dupla Guerrero-Lapadula en ataque? Son cuestiones que se irán develando en los próximos meses. Lo cierto es que Fossati luce convencido: “Veo a Perú en el Mundial”. Es un gran reto para el uruguayo, quizá el del epílogo de su carrera.
La presentación del nuevo comando técnico de la selección peruana, liderado por Jorge Fossati, se realizará el próximo miércoles 10 de enero en la Videna de San Luis. De esta manera, este día será la primera conferencia de prensa del uruguayo.