El fútbol, como cualquier otro deporte, ofrece una cuota de azar en diferentes momentos de su práctica y quizás uno de los más estudiados es el tiro de penalti. Si bien estos se encuentran en otras disciplinas, su manera de ejecutarse en el balompié ha estado recientemente sujeta a experimentos, producto de teorías que denuncian que no sería un método de desempate balanceado.
Los penales en el fútbol pueden ir a portería, chocar con el travesaño, ser detenidos por el arquero y ser muy mal ejecutados.
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El fútbol cuenta con una regla simple para que se ejecuten los penales. Al aire se lanza una moneda. Luego, aquel que eligió el lado (cara o sello) ganador inicia pateando los penales.
Esto no ha sufrido casi ninguna modificación desde que se instauró el fútbol profesional, pero, últimamente, la secuencia clásica ha sido vista a juicio, debido a una teoría que indica que el primer equipo en patear los penaltis goza de cierta ventaja, incluso psicológica.
Uno de los más comprometidos en dar cuenta de esta supuesta ventaja es el catedrático español Ignacio Palacios-Huerta, profesor de la escuela de economía de Londres.
Este realizó, junto a otros colegas, una tesis en 2010, donde postuló que, en el 60,5% de las ocasiones, el equipo que inicia la tanda de penales es el que termina imponiéndose.
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Palacios-Huerta y compañía analizaron 269 penales registrados en video, desde 1970 hasta la actualidad reciente. Pese a ello, según la empresa de análisis de rendimiento deportivo InStat, la cifra está inflada.
El resultado en realidad sería más apretado. Los equipos que inician la tanda de penales suelen ganar apenas el 51,48% de las veces, de acuerdo a la investigación de InStat.
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Adicional a su investigación, Palacios-Huerta expuso ante la FIFA y diversas federaciones estos fenómenos del azar que pueden afectar el balance en el fútbol.
Por ello, propuso una serie de cambios. Esto implicaba utilizar la secuencia Thue-Morse para el orden de penales.
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Diversos estudios se han realizado sobre la ventaja para quienes patean los penales primero; sin embargo, el apoyo empírico es completamente ambiguo:
La investigación que Luc Arrodel, Richard Duhatois y Jean-François Laslier en las competencias francesas hicieron que estos concluyan que no hay ventaja en absoluto para el equipo que patea primero.
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Distinto opinan los investigadores Mark Kassis, Sascha L. Schmidt, Dominik Schreyer y Matthias Sutter, quienes concluyen que los equipos cuyos capitanes pueden decidir la secuencia de disparo son más propensos a ganar.
Martin G. Kocher, Marc V. Lenz y, otra vez, Matthias Sutter, señalan también que la configuración dinámica de una competencia puede crear una presión psicológica que produciría una ventaja para los que accionan primero.
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A consecuencia de las exposiciones de Ignacio Palacios-Huerta y de otros investigadores, la IFAB (Comité Internacional de Fútbol Asociación) decidió en 2017 que pondría a prueba el tan mencionado sistema con secuencia Thue-Morse en los penales.
Esto dio como resultado una dinámica llamada ABBA, donde A es el primer equipo y B el segundo. Si una secuencia tradicional de penales implicaba el orden: A, B, A, B, A, B, etc. Esta nueva, implicaría el orden así: A, B, B, A, A, B, B, A, A, B, etc.
Esta solución es similar a la que utilizan en el tenis para desempatar un encuentro.
El sistema ABBA se usó en las siguientes competencias
El primer partido tomó lugar en el Campeonato Europeo Sub-17 de la UEFA para mujeres realizado en 2017, protagonizado por Alemania y Noruega.
Debido a la falta de apoyo para establecerse dicho orden, la IFAB retiró la secuencia ABBA de los penales en noviembre de 2018.
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La numeración de cada escuadra recaía únicamente en el criterio de sus integrantes. Por ejemplo, para el mundial de Inglaterra en 1966, Argentina decidió enumerar a sus jugadores por orden de posición, brindándole el número 1, 2 y 3 a los arqueros.
Más adelante, lo hizo según la altura de los mismos. Luego, por orden alfabético. Por tanto, cada país era libre de asignar los dorsales según el criterio que veían conveniente. Algunas naciones cambiaron dicho sistema con el paso del tiempo, como ha ocurrido tantas veces con Argentina.
No fue hasta el mundial de España 1982, cuando Maradona obtuvo la camiseta 10, al menos en la selección argentina. Según detalla EFE, Cesar Luis Menotti reservó dicho número para el jugador nacido en Lanús. Esto, pese a que los demás miembros de su equipo seguían el orden alfabético.