Cuando Karin Brandes participó en natación en Los Ángeles 1984 tenía solo 17 años y no podía imaginarse que 37 años después estaría celebrando una nueva clasificación, pero esta vez de su hija. Daniela Macías llevará el bádminton peruano a Tokio 2020, demostrando que el deporte olímpico es un tema familiar en casa.
¿Cómo se dio tu clasificación?
En bádminton se clasifica por ranking. es un año de clasificación, en este caso era de mayo 2019 hasta abril 2020, pero a mediados de marzo se cancelan los campeonatos y se alarga hasta abril 2021. La clasificación consiste en viajar en todo un año a todos los campeonatos posibles, o sea yo cada semana estaba en un país diferente compitiendo. Tus 10 mejores campeonatos de todo ese año conforman tu sumatoria total que te ubica en el ranking para Tokio. Recién hace poco soltaron la lista oficial y yo estaba dentro. Fueron dos años de locos, de mucha incertidumbre, de no saber qué iba a pasar, pero al final se logró.
¿Te generó mucho estrés el proceso?
Ni siquiera tiene que haber pandemia para que, de por sí, el proceso de clasificación nos genere demasiado estrés, frustración, un poco de ansiedad también. Lo que pasa es que, en un año de campeonatos, pueden haber 3 en una semana, entonces tú tienes que armar tu estrategia, solo te puedes inscribir en uno y evaluar lo que decidían las que peleaban los puestos contigo. Y como cada semana cambiaba el ranking, había semanas que estaba dentro y otras que estaba afuera. Era de terror. Si a eso le sumas la pandemia, los viajes y reservas que se hacen con mucha anticipación, no se podían hacer porque se podían cancelar.
¿Eso te sucedió en India, verdad?
Sí, para cada país que viajabas tenías que ver si estaba en riesgo alto o medio, eso te indicaba si tenías que llegar 3 días o 2 semanas antes. Yo necesitaba ir a India porque había entrado al cuadro principal y ese era uno de los campeonatos de más alto nivel de la clasificación, sólo el pararme en la cancha me daba muchísimos puntos y aseguraba mi clasificación. Compré mi pasaje y, literalmente, al día siguiente de haber pagado mi visa, anuncian que se canceló el campeonato. Felizmente hemos tenido el apoyo del programa Vamos con Tokio que hasta eso te lo cubre.
¿Cómo fue el momento en que te enteras de la clasificación?
La clasificación terminó a comienzos de mayo y yo en ese entonces ya estaba, necesitaba ganarle a una guatemalteca contra la que me tocaba en el Panamericano para tener el cupo fijo y logré hacerlo, pero como no había un anuncio oficial, no podía decirlo. Hace unas semanas estaba almorzando con mi familia en mi casa, cuando una amiga mexicana, que es una de mis contrincantes y también clasificó, me escribe y me dice que entre a la página de la Federación mundial, ahí es donde veo la lista. Mi familia se puso súper contenta porque sabían que yo estaba logrando mi meta.
¿Cuál fue la reacción de tu madre (Karin Brandes), que también fue olímpica?
Yo entro a la selección a los 9 años y a esa edad nadie tiene sus metas claras, pero yo estaba consciente de que quería llegar a unos Juegos Olímpicos y eso parte de que yo quería lograr lo mismo que mi mamá (participó en Los Ángeles 1984 en natación). Es algo increíble, mi mamá estaba más que feliz, de hecho, hemos hecho entrevistas juntas, lo cual fue raro pero bonito compartir esto con ella. Mis padres fueron una guía para mí.
¿Por qué el bádminton y no la natación?
Cuando empecé era muy chiquita. El único recuerdo que tengo es que la primera vez que cogí una raqueta y una pluma me acuerdo haber dicho: qué extraño es este deporte, me parecía tan loco que se juegue con una plumilla con una raqueta super. Seguí entrenando en el Regatas, que tenía grandes exponentes como Claudia Rivero o Rodrigo Pacheco, que también son olímpicos, eso me motivó mucho. Yo hacía a la par gimnasia y natación, pero me decido por el bádminton cuando me invitan al Panamericano de menores en México cuando tenía 11 años. Gané ese Panamericano y dije: este es mi deporte.
¿Te afectó la para por pandemia?
Sí, estuvimos mucho tiempo parados. Yo desde el 2007, que ingreso a la selección, lo máximo de vacaciones que puedo tener en un año son 2 a 3 semanas, y en bádminton tu dejas de entrenar una semana y ya se siente raro, no le das a la pluma, se te va la raqueta, etc; imagínate 3 meses. Solo nos quedó entrenar la parte física, tuvimos que trabajar mucho para recuperar la sensibilidad al momento de juga. Al final todo resultó para bien porque me siento en muy buenas condiciones, mejor de lo que esperaba.
¿Qué recuerdas de Lima 2019?
Fue súper extraño, pero para bien. Ya habíamos jugado en coliseo lleno en Asia o Europa pero nunca en Perú. Luego de Lima 2019 muchísima gente me escribía, sobre todo por ese partido con las brasileñas que jugué junto a Danica (Nishimura), que fue durísimo, lo luchamos hasta el final, había una adrenalina de locos, nunca habíamos jugado con una hinchada así. Al final se nos fue la medalla por 2 puntos, imagínate la frustración, esa noche no paramos de llorar, pero el apoyo que recibimos fue de locos, fue una de las mejores experiencias de mi vida.
¿Crees que han mejorado las condiciones para hacer bádminton en Perú?
En cuanto a las sedes, nosotros tuvimos la suerte de que construyeron el coliseo en la Videna, que es A-1, tenemos absolutamente todo. Creo que todos quedaron alucinados con la infraestructura de los Juegos, me acuerdo de que mucha gente, un año antes dudaba que iba a estar listo todo, pero al final salió increíble. Y esa infraestructura permitió que el bádminton sea uno de los primeros deportes en volver a las canchas para los entrenamientos y para los campeonatos, de hecho, defendí mi título de campeona en el Nacional y en el Sudamericano.
¿Prefieres dobles o singles?
Es distinto, las dos me gustan por igual. Dobles me fascina sobre todo con Danica, he viajado con ella a todas partes del mundo, pero también me encanta el singles. Todos los que saben de bádminton te pueden decir que mi estilo es de ‘singlista’, hago muchos golpes de singles que normalmente no se deberían hacer en dobles, pero por una extraña razón funcionan muy bien, además que Danica es la mejor ‘doblista’ del Perú, esa es una de las razones por las que seguimos jugando juntas hasta ese año, aunque ya a mi edad debía definirme y lo hice por el singles.
¿Cómo sobrellevas entrenar y estudiar a la vez?
Lo vengo haciendo desde que estoy en el colegio, me quedaba una hora a hacer gimnasia y de ahí me iba natación por 3 horas, luego llegaba a mi casa a hacer tareas cuando mis amigos ya estaban dormidos. Creo que ese ritmo de vida me enseñó a organizarme, a ser responsable. Luego en la Universidad tenía que viajar mucho, eso me ayudó a ser muy independiente. El deporte en sí te enseña a tener tus objetivos claros y luchar por tus sueños, no basta con solo entrenar, tienes que estar 100% enfocado. Lo que aprendí del deporte lo aplico en mi vida.
¿En qué consiste la campaña ‘Iam Bádminton’ de la que eres embajadora?
Es una campaña de la Federación Mundial de Bádminton que promueve el juego limpio, ser honesto dentro de la cancha, actuar con respeto frente a tu rival, etc. Me siento muy afortunada de que me hayan contactado para poder transmitir este mensaje de juego limpio, no sólo en el deporte sino en todo.
¿Tienes una meta fija para Tokio 2020?
Mi meta es simplemente dejar el nombre del Perú lo más alto que yo pueda, yo me he comprometido y me estoy matando entrenando todas estas semanas que quedan antes de viajar para allá y simplemente disfrutar al máximo esa experiencia que muy poca gente tiene la oportunidad de vivir. Así que me enfoco en ir con todo para allá, llegar en las mejores condiciones, lucharla hasta el final y llegar lo más lejos posible.
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