Ya lo decía el delantero Gary Lineker en lo que es una de las máximas más repetidas en la historia de este deporte: “El fútbol lo inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11, y siempre gana Alemania”. Esta vez, el Bayern Munich le ganó al Lyon, todos sabían lo que iba a suceder, pocos se animaban a afirmarlo porque en este torneo cualquier cosa puede pasar, pero los dirigidos por Hans-Dieter Flick demostraron, una vez más, que a los alemanes no les gustan las sorpresas.
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Como si una goleada por 8-2 sobre el Barcelona de Lionel Messi no hubiera sido suficiente, el Bayern Munich le sacó brillo a su título de candidato principal superando por 3-0 a una de las sorpresas de la Champions League como lo fue el Olympique de Lyon. El esfuerzo de los franceses fue muy loable, pero cuando se tiene al frente a una incansable máquina de goles, las proezas se convierten en quimeras.
La contundencia de los ‘bávaros’ no quiere decir que no haya habido competencia, sí la hubo, por lo menos en los primeros 20 minutos. Lyon empezó sorprendiendo al Bayern con un orden táctico que buscó anticipar cada balón y dejó sus esperanzas de gol en la inspiración de sus delanteros. Estuvieron muy cerca ya que Memphis Depay falló dos oportunidades claras, mientras que Karl Toko Ekambi impactó un disparo en el poste derecho de Manuel Neuer.
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Pero en estas instancias, perdonar es un pecado. Demostrando que la fortaleza del Bayern parte tanto de su colectivo como de sus individualidades, Serge Gnabry se llenó de inspiración y emprendió una diagonal endemoniada que terminó con un disparo de zurda que dejó sin opciones a Anthony Lopes, iban solo 18 minutos.
Lyon no se pudo recuperar y la confianza que habían ganado en los primeros minutos se trasladó a Gnabry, que a los 33′ volvió a golpear. El joven alemán solo tuvo que empujar un balón que Lopes dejó al rebote ante un deficiente disparo de Lewandowski. A los 33 minutos, ya había olor a finalista en el estadio José Alvalade.
Lyon no bajó los brazos, Rudi García envió al campo a Moussa Dembélé para refrescar su ataque, pero, al tener mucho menos espacios que los que tuvo ante el Manchester City, disfrazarse de héroe esta vez le fue imposible. Quien tuvo en sus pies la posibilidad de acortar distancias fue Toko Ekambi en un mano a mano, pero nuevamente sucumbiría ante una salida brillante del mejor arquero del mundo hoy por hoy.
Pero el Bayern es como esos monstruos que responden a los estímulos, cuando el Lyon más se animaba, la insolencia fue respondida al instante con la aparición de su máximo goleador en la temporada. A 2 minutos del final, Robert Lewandowski se elevó por sobre toda la defensa y con un cabezazo selló el 3-0 final, el mismo resultado con el que el PSG derrotó al Leipzig en la otra llave.
La final está declarada y nuevamente pone a franceses y alemanes frente a frente. Bayern Munich y PSG se encargarán de darle la razón a Lineker o coronar a un nuevo rey del Viejo Continente.
Favoritos. La última vez que el Bayern ganó la Champions fue en el 2013. A esta final, llega tras completar una campaña perfecta al haber ganado sus 10 partidos.
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