Sao Paulo es uno de los equipos históricos de Brasil, con un palmarés envidiable en el cual posee tres títulos de Copa Libertadores, el último en el 2005. Flavio Donizete es uno de los jugadores que estuvo en aquel plantel que salió campeón del continente y que posteriormente vencería a Liverpool en la final del Mundial de Clubes.
El ahora retirado futbolista se convirtió en tendencia en Brasil, debido a que ofreció una entrevista a Globoesporte en la cual reveló sus secretos mejores guardados, adicciones y arrepentimientos. El exdefensor contó que se volvió un fiel consumidor de cocaína, a un grado que vendió sus mayores tesoros para tenerla.
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Flavio Donizete solamente jugó un partido con el conjunto paulista en dicho año y fue en el Brasileirao, pero igual festejó junto a todos sus compañeros los trofeos obtenidos por el equipo. “No estaba convocado (al Mundial de Clubes), me iban a ceder, pero en el último entrenamiento se lesionó un compañero y me inscribieron a última hora”, sostuvo.
El exdeportista relató que sus problemas con las drogas empezaron en el 2009, luego de marcharse del Sao Paulo. “Tenía dinero, un coche, le había arreglado la casa a mi madre y en 2010, por primera vez, probé la coca”, señaló el excentral ‘tricolor’, que se retiró del fútbol sin pena ni gloria la temporada anterior.
“La consumía al principio con moderación, pero poco a poco se hizo fuerte en mi vida y empecé a perder todo. Perdí todo, todo, todo. El dinero ahorrado lo gastaba en drogas. Mañana, tarde y noche consumía cocaína. No estaba sin drogas por nada del mundo”, añadió.
Flavio Donizete cayó en el mundo de las drogas tras ser campeón del mundo con Sao Paulo. Foto: TUDN
Uno de los objetos más anhelados por los futbolistas son las medallas y Flavio había conseguido una de oro. "Después de haber conocido la cocaína, vendí la medalla. Lo hice por 7.000 reales. Cuando recibí el dinero, lo usé casi todo en cocaína. El primer gasto fueron 1.000 reales y me lo terminé en dos días", expresó.
“Estuve 13 años enganchado a la cocaína, es una enfermedad lenta, progresiva, incurable y fatal. Casi me mata”, finalizó Donizete, quien asegura ha superado esa etapa y a los 36 años inició una nueva vida, donde las drogas no forman parte de ella.
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