“Dije que esta pelea se va a dar y así será”, fueron las palabras con las que Dana White, presidente de la UFC, dejó en claro que el evento programado para el 18 de abril se mantiene con vida. Una actitud que, en condiciones normales, podría ser considerada de una tenacidad sobresaliente para cualquier promotor, adquiere tonalidades oscuras cuando la realidad nos habla de una pandemia que ha paralizado el deporte en todo el mundo.
UFC 249 tenía como evento estelar el esperado enfrentamiento entre el campeón ligero Khabib Nurmagomedov y el retador Tony Ferguson, un encuentro que ya fue cancelado con anterioridad en 4 ocasiones. Las ansias del mundo del MMA (artes marciales mixtas) por ver esta pelea han servido de motor para que White se mantenga renuente a cancelarlo.
La inminente ausencia del monarca ruso por no poder salir de su país parecía ser el último clavo del cajón para el evento, sin embargo, el hecho de mantenerlo con vida se ha convertido en una consigna para el promotor que ya roza la terquedad.
Y es que ni quedarse sin coliseo (originalmente se iba a realizar en New York), ni el cierre de fronteras en varios países, ni las medidas restrictivas aplicadas en diversas ciudades estadounidenses han convencido a Dana White, de hecho parecen incentivarlo más. “La pelea se realizará el 18 de abril, en algún lugar del planeta y cuando necesites saberlo te lo haré saber”, señaló.
Pero el tema es más profundo que una simple actitud de no rendirse. La postura de White colinda con la de muchas autoridades políticas que se inclinan por mantener la ‘normalidad’ antes de optar por una confinación que, aunque es lo recomendable desde el punto de vista de salubridad, afecta su estilo de vida. “Todos corren y se esconden, yo soy de los tipos que prefieren salir y encontrar soluciones. Veo todo lo que sucede y es loco, totalmente conducido por el miedo”.
Un deporte basado en la transgresión.
La UFC nació en 1993 con la primigenia idea de enfrentar a especialistas de diversos deportes de contacto para que, en una jaula, determinen al mejor del mundo. Sin reglas ni limitaciones, este ‘freakshow’ no daba visos de convertirse en el deporte legítimo y respetable que es hoy en día.
UFC tuvo que pelear contra prejuicios para ser reconocida. Es entonces que nadar contra la corriente se convirtió en el lema de un deporte que, por su naturaleza, debe acostumbrarse a que los planes cambien constantemente.
Lesiones, suspensiones, disputas contractuales, y un largo etcétera, se han traído abajo peleas esperadas. No obstante, la UFC siempre supo reponerse. Un ejemplo claro fue la salida de Jon Jones del evento estelar de UFC 200 por haber dado positivo en una prueba de dopaje, con solo dos días de anticipación, Anderson Silva ingresó al octágono para enfrentar a Daniel Cormier y salvar el evento.
Hoy, existen cientos de empresas en todo el mundo que se dedican al MMA. Pero incluso el deporte más rudo del mundo, que nunca se ha doblegado ante las adversidades, tiene limitaciones cuando de la salud se trata. Bellator, la competidora principal de UFC, ya canceló todos sus eventos de mayo.
“Haremos el evento y le devolveremos algo de normalidad a este país”, señala White con la intransigencia propia de una rebeldía que, esta vez, puede jugar en contra de un deporte que tanto peleó por encontrar el reconocimiento del que hoy goza.
Escenarios. Dana White afirma tener 4 o 5 locaciones posibles dentro de Estados Unidos. El evento se realizaría solo con peleadores que se encuentren en el país norteamericano.
Cambio. Justin Gaethje es el probable nuevo rival de Tony Ferguson ante la ausencia de Khabib Nurmagomedov, quien no puede viajar desde Rusia.
¿Llega? UFC le ha pedido a Jéssica Andrade volar a Estados Unidos antes que Brasil cierre sus fronteras para no perderse su duelo ante Rose Namajunas.