Steve Jobs murió el 5 de octubre de 2011, a la edad de 56 años, a consecuencia de un paro respiratorio. El fundador de Apple es considerado uno de los más grandes genios de la tecnología y, durante su carrera, acumuló una impactante fortuna.
Al momento de su fallecimiento, dejó un capital de 10.200 millones de dólares como herencia, de la que no dejó ni un solo dólar a los tres hijos que tuvo con su esposa Laurene Powell Jobs. ¿Cuál fue el motivo de esta decisión?
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Antes de morir, el genio de la tecnología dejó todos sus bienes a dos personas: su esposa Laurene Powell Jobs y su hija mayor, que no reconoció hasta 1991, Lisa Brennan-Jobs.
Lisa Brennan-Jobs fue la primera hija que tuvo Steve Jobs, en una relación con Chrisann Brennan, previa a su matrimonio con Laurene Powell, como la propia Lisa Brennan contaba en una entrevista a New York Post.
Steve Jobs decidió que ella fuera una de las dos herederas como una forma de recompensa por los años de falta de reconocimiento y de apoyo económico.
Steve Jobs junto a sus hijos y su esposa Laurene Powell. Foto: MDZ Online
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Durante la misma entrevista realizada a Lisa, indicó que su padre consideraba que sus otros tres hijos ya eran profesionales de éxito en sus carreras elegidas, por lo que no iban a necesitar de ese dinero.
Y tuvo razón, puesto que Erin Jobs, a los 26 años, se graduó como arquitecta y diseñadora. Reed Jobs se graduó con honores de Stanford en Oncología y se encuentra trabajando en Emerson Collective. Finalmente, Eve Jobs es jinete de hípica profesional y modelo en DNA Model Management, con campañas para Louis Vuitton y Vogue.