Son muchos los lugares que tienen un valor histórico, pero que, lamentablemente, se encuentran descuidados por las máximas autoridades, como la situación actual de la hacienda El Fortín, ubicada en Carabayllo. En dicho distrito de Lima norte, existen diversos espacios declarados patrimonio cultural de la nación, ya que han sido escenarios importantes para la proclamación de la independencia del Perú.
La llegada del libertador José de San Martín a territorio nacional es uno de los sucesos más recordados hasta la actualidad. En 1821, el argentino se reunió con el virrey español José de La Serna, en la casa hacienda Punchauca, para negociar el futuro del Perú. Más de 200 años después, la propiedad luce irreconocible.
PUEDES VER: La histórica hacienda abandonada en Carabayllo: así luce la casa con más de 200 años de antigüedad
En 1980, fue declarada patrimonio monumental de la nación. 37 años después, el Congreso de la República aprobó un proyecto de Ley, en el cual se mencionó que la casa hacienda Santiago de Punchauca era de interés nacional de investigación, registro, restauración y conservación, pero resultó todo lo contrario.
De acuerdo al canal de YouTube Travel Alone, a la altura del kilómetro 25 de la carretera a Canta, sobre la huaca Punchao, se ubica la casa con estilo virreinal, en total estado de abandono y ocupada por personas en condiciones de calle.
PUEDES VER: El científico que fue 'ignorado' por la UNI y hoy triunfa en Suecia: "Nadie en Perú me abrió las puertas"
El youtuber se percató de la conservación de algunas paredes de adobe, que todavía se mantienen de pie. Una de las puertas de la hacienda dirige hacia el espacio en el que funcionó una capilla y otras amplias habitaciones. Además, pudo registrar el techo deteriorado de la hacienda Punchauca, así como las huellas que dejaron las ventanas y puertas, las cuales hoy no existen. No obstante, lo que aún conserva la casa es el piso, que un día fue ocupado por José de San Martín y el virrey La Serna.
La hacienda Punchauca conserva amplios espacios y el piso que un día fue ocupado por José de San Martín. Foto: Travel Alone