En 1969, cuando la mayoría de los ritmos y géneros modernos aparecían por influencia de The Beatles, la banda The Winstons lanzó un álbum que pasaría a la historia por ser escuchado por millones de personas. Es posible que no los recuerdes y eso se debe a que, de toda la grabación, solo se hicieron inmortales cinco segundos, sobre todo gracias al hip hop, la música electrónica y otros géneros.
The Winstons comenzaron su carrera en Washington D. C. como una banda de funk y soul emergente. Su único éxito, “Color him father”, recibió un Grammy en 1969; sin embargo, nunca recibieron regalías por aquellos cinco segundos que cambiarían la música para siempre.
Esta es la historia del break más sampleado de toda la historia, aquellos 5 segundos que fueron utilizados casi un millón de veces desde fines de los 80 en adelante. El famoso “Amen break”:
Tras el mediano éxito que obtuvo “Color him father” en 1969, The Winstons rápidamente cayeron en el olvido.
Aproximadamente 20 años después, la industria musical había cambiado mucho. Los sintetizadores estaban en auge y la música electrónica estaba a punto de tener su mayor explosión.
Los samples, es decir, la técnica de tomar algunas partes de canciones ya hechas para modificarlas y modularlas, se había hecho muy popular.
En ese momento, sorpresivamente, alguien retomó aquel disco de 1969 que The Winstons había grabado dos décadas antes y encontró aquellos cinco segundos tan reconocibles hasta ahora.
Se dice que uno de los primeros usos de este sample fue hecho por el grupo Salt’n Pepa, con la canción “I desire” del LP “Cool hot vicious” de 1986.
Sin embargo, más notoriedad alcanzaría el uso del grupo de hip hop americano N.W.A. en su sencilla “Straight outta Compton” en 1987.
En aquellas pistas ya se puede escuchar que el break había sido desacelerado, probablemente para darle un toque más urbano y oscuro.
Otro de los primeros usos fue en “Keep it going now”, una canción del álbum “It takes two”, grabado por el duo Rob Base y DJ E-Z Rock en 1988.
En los años siguientes, y con el auge del techno, el house, el jungle, el drum and bass, y muchos otros subgéneros de música electrónica, el sample se hizo más rápido y se convirtió en un símbolo de las pistas de baile y raves.
Rápidamente, fue bautizado como “Amen break”, en honor a la canción del lado B de “Color him father”, llamada precisamente “Amen, brother”.
El clip de audio de apenas cinco segundos correspondía a un solo de batería ejecutado por Gregory C. Coleman, alrededor del minuto y medio de la pista.
El beat trascendió a tantos géneros que, en 2015, la BBC lo reconoció como el break más sampleado de toda la historia, pues había sido utilizado, hasta entonces, en más de 1.500 canciones comerciales que incluyen hip hop, música electrónica, industrial, música de videojuegos, pop y más.
Lamentablemente, ni The Winstons y ni siquiera el propio Gregory Coleman recibieron alguna vez regalías por el uso de su pista, pese a que las producciones que la utilizaron generaron millones de dólares en ganancias.
En 2006, Coleman falleció en la ciudad de Atlanta, Georgia. El baterista que había ayudado a esculpir toda una generación de música urbana falleció abandonado, sin hogar y sumido en la pobreza.
Richard Spencer, el líder de The Winstons, fue quien reveló el estado de Coleman al momento de su muerte. “Se casó dos veces y dejó a una hija y una hijastra”, indicó.
En 2015, el DJ británico Martyn Webster organizó una campaña de crowdfunding para recolectar dinero para Richard Spencer. Miles de fanáticos se sumaron a la causa y se logró entregar un cheque de 24.000 libras esterlinas.
En 2015, Richard Spencer recibió un cheque de 24.000 por los fans, en reconocimiento al aporte de The Winstons con el 'Amen break'. Foto: Facebook/Martyn Webster/BBC
En un documental radial lanzado por la BBC en 2011, Spencer reveló que no se enteró del éxito del “Amen break” hasta 1996, cuando un sello discográfico lo contactó para comprarle las cintas maestras.
Desde entonces, Spencer ha exhortado a todos los músicos que han usado el sample desde entonces a “hacer lo correcto”, en alusión a la película “Do the right thing”, dirigida por Spike Lee en 1989.