Las restricciones por la pandemia de la COVID-19 se levantaron, así que la nueva normalidad es un concepto desfasado. Los conciertos volvieron y, sin duda, uno de los más recordados será el de Bad Bunny. La primera y segunda fecha serán los días 13 y 14 de noviembre, respectivamente.
Antecedentes como el concierto de Daddy Yankee advierten que los precios de la comida en los conciertos son elevados, y los asistentes, gastados de energía, no les queda otra opción que comprar.
“¿Cómo un choripan va a costar 22 soles? La gente está acá desde temprano y el concierto terminará pasada la media noche. No dejan entrar ni con agua, es hasta peligroso para la salud. Alguien debe defender al consumidor”, escribió un asistente al concierto del puertoriqueño del último martes 18 de octubre en el Estadio Nacional.
Bajo esa premisa, La República conversó con Crisólogo Cáceres, presidente de la Asociación Peruana de Consumidores y Usuarios (Aspec), quien nos dio alcances sobre la medidas que toma una organización de conciertos en sus eventos.
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El titular de la Aspec sostuvo que cada promotora de eventos privados tiene la potestad de restringir y señalar al consumidor qué objetos no están permitidos ingresar. “Las condiciones las coloca la organización. Eso sí, ellos deben avisar al consumidor cuáles son las restricciones del evento antes de que se realice la compra a través de sus canales de difusión”, precisó.
Sin embargo, Cáceres señaló que no se puede “prohibir por prohibir” el ingreso de objetos. “Lo que se tiene que aclarar es que los organizadores no pueden prohibir algún objeto sin sustento. Por ejemplo, en el caso de botellas de vidrios, ellos pueden alegar que ello puede convertirse en un elemento peligroso ante una eventual pelea. Cada restricción ellos deben sustentarla”, indicó.
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Por otro lado, algo similar sucede en el extranjero. En México, los promotores de conciertos, en su mayoría, no permiten que el usuario ingrese bebidas o alimentos, ya que no existe ninguna norma que expresamente reconozca el derecho de un usuario a acceder con sus propios productos a un espectáculo o concierto.
En su defensa, los organizadores proponen la tesis de que se prohíbe estos elementos por precaución debido a que pueden sufrir una intoxicación adentro del espectáculo.
Finalmente, existe una lista de prohibiciones que el equipo de producción del concierto ha propuesto para prevenir la pérdida, robo o deterioro de ciertas pertenencias de los asistentes.